La marcha, controlada por un amplio dispositivo de seguridad, partió hacia el mediodía de una sede del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de la calle José Abascal de la capital y terminó en la plaza de Chamberí, con un discurso del presidente de DN, Manuel Canduela.
En su intervención, Canduela denunció la falta de seguridad ciudadana en Madrid. "Si se quiere cambiar la situación actual, tenemos una opción en las próximas elecciones generales", proclamó, criticando asimismo la "permisividad del Gobierno hacia la inmigración ilegal y masiva". "No se puede consentir que las puertas sigan abiertas para esa gente", matizó el líder de DN.
La marcha fue autorizada en un primer momento por la Delegación de Gobierno en Madrid, que acabó prohibiéndola debido a las presiones de las plataformas antifascistas, que la consideraban racista y que recordaban los sucesos de la última marcha de estas características, cuando murió el joven Carlos Palomino.
Sin embargo, Democracia Nacional presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que el pasado viernes acabó autorizando su convocatoria.
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