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El 'Gran Hermano' de la seguridad

La Unidad de Seguimiento, Auscultación y Control vela por las obras de infraestructuras del transporte

Predicen los desplazamientos del suelo, se anticipan los “movimientos” de los edificios y previenen accidentes cuando se taladran los cimientos de Madrid. Madridiario visita la USAC, el 'Gran Hermano' que se mantiene en vela para que el Metro crezca de manera segura y que, a partir de 2008, también supervisará la construcción de las nuevas carreteras.
Raúl Talavera dirige la Unidad de Seguimiento, Auscultación y Control, que, desde la sede de Mintra en Alcorcón (Madrid Infraestructuras de Transporte, dependiente de la consejería de Transportes), calcula los riesgos geotécnicos que comporta la construcción de túneles. Una unidad en la que trabajan hasta 20 ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, geólogos, técnicos en ingeniería del terreno y que cuenta con el asesoramiento de los mejores catedráticos del país.

Los ojos del SAI

Para abrir un nuevo paso entre la maraña de canales de servicios básicos, redes de metro, cimientos de edificios y pasos subterráneos, el equipo que dirige Raúl Talavera se apoya en miles de testigos electrónicos y en un complejo programa informático de desarrollo propio que “lo ve todo”: el SAI o Sistema de Auscultación Integrado.

Sus ojos son sensores de medición que abarcan desde el propio túnel hasta los edificios, canales, pasos elevados o similares situados en un área de 100 metros a ambos lados del túnel, incluyendo los datos que arroja la propia tuneladora.

“En un tramo de cinco kilómetros con tres estaciones se pueden colocar unos 3.000 o 4.000 aparatos que se miden de forma regular. Si existe un tramo especialmente delicado, como por ejemplo el paso por debajo del río Manzanares a la altura de Legazpi, se utilizan sensores de tiempo real. Además, hacemos un estudio sobre el estado de los edificios próximos para anticiparnos y evitar vibraciones o grietas”, explica Talavera.

Cuando saltan las alarmas
La actuación de la USAC en la última gran ampliación del Metro ha permitido que la mayor parte de las quejas ciudadanas por las obras se debieran al ruido de las máquinas, y eso, cuando por primera vez han coincidido diez tuneladoras trabajando al mismo tiempo en el subsuelo de la Comunidad, es un auténtico logro.

Ahora bien, ¿qué ocurre cuando saltan las alarmas?

La USAC, que supone el tercer nivel de seguridad después de los que imponen Mintra por un lado y las empresas adjudicatarias por otro, realiza un complejo estudio previo antes de que se mueva un solo metro de tierra. En él se examinan el terreno y las estructuras colindantes, se documenta con planos y fotografías, se simula su comportamiento y se establecen protocolos de actuación de acuerdo a las necesidades de cada tramo. Después, todo ello queda registrado y analizado gracias al SAI.

“Los protocolos van mejorándose con la experiencia adquirida y nos ayudan a dar una respuesta en cuestión de minutos. No le hemos puesto un precio al programa informático porque tecnología como esta ya la usan las compañías eléctricas y el Canal de Isabel II, pero de los datos registrados aquí ya han salido varias tesis doctorales”, afirma Talavera.

Soluciones
El proceso de prevención es sólo una parte del trabajo de la USAC, ya que una vez que comienzan las obras, sólo la experiencia ayuda a resolver los incidentes. “Cuando excavas un túnel, este tiende a cerrarse, y ese movimiento afecta a los terrenos que lo rodean. No es lo mismo que haya vibraciones en un edificio recién construido que en uno de más de 50 años”, apunta Raúl Talavera.

La primera fase para crear o ampliar una línea de Metro consiste en establecer los puntos de paso obligado a través de un análisis de demanda. El trazado de la vía se decide teniendo en cuenta la velocidad necesaria que debe alcanzar el convoy y los radios de giro que éste puede realizar, tendiendo a ir bajo las grandes avenidas y huyendo de pasar bajo los edificios.

A pesar de todo, según el responsable de la USAC, es posible topar con suelos poco homogéneos, canalizaciones de servicios u otros túneles, y es aquí donde la Unidad de Auscultación pone los cinco sentidos.

“Si nos encontramos con una bolsa de aire o un suelo poco firme, podemos colocar barreras o consolidar el terreno mediante una inyección de hormigón u otro tipo de sustancia para hacerlo más firme”, dice a modo de ejemplo.

“Si en el recorrido hay otro túnel de Metro, podemos conectarlo y atravesarlo, pero si pasamos junto a él, o junto a un túnel ferroviario, tenemos que extremar las precauciones y colocar más sensores, porque en su interior no puede haber vibraciones. Las estaciones nos dan más problemas, porque hay que vaciar el terreno y existen muchas conexiones de teléfono, agua, gas etc.”, añade.

Metro hasta La Fortuna y carreteras
La USAC, que recibirá una inversión de 1’9 millones de euros según anunció el consejero de Transportes, Manuel Lamela, comenzará en 2008 a aplicar todos sus procedimientos a la construcción de las nuevas carreteras entre ellas la M-61, M-104 y M-402, las duplicaciones de la calzada en vías como la M-100, la M-104, la M-206, la M-208, la M-505, la M-600, la M-404 y la M-601, así como la ejecución del Plan de Supresión de cruces a nivel.

De momento, y tras supervisar la ampliación del Metro (90 kilómetros y 80 nuevas estaciones), la USAC está preparando el proyecto de ampliación hasta el barrio de La Fortuna, en Leganés.

Después, este 'Gran Hermano' vigilante participará en la ejecución de la prolongación de la C-5 entre Móstoles y Navalcarnero; las ampliaciones de Metro convencional a Las Rosas, Mirasierra y El Casar, y las nuevas líneas de Metrobús.
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