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La veterana banda presenta disco: 'Into The Labyrinth'

Saxon, el batallón de rock que nunca se rinde

 
 

Saxon - 'Into The Labyrinth' (9 enero 2009)
SPV/Steamhammer


   1. "Battalions of Steel" - 6:34
   2. "Live to Rock" - 5:30
   3. "Demon Sweeney Todd" - 3:51
   4. "The Letter" - 0:42
   5. "Valley of the Kings" - 5:03
   6. "Slow Lane Blues" - 4:08
   7. "Crime of Passion" - 4:04
   8. "Premonition in D Minor" - 0:40
   9. "Voice" - 4:35
  10. "Protect Yourselves" - 3:56
  11. "Hellcat" - 3:54
  12. "Come Rock of Ages (The Circle is Complete)" - 3:52
  13. "Coming Home" (Bottleneck Version) - 3:12

Duración total: 50'10"

Músicos:
- Biff Byford: Voz
- Paul Quinn: Guitarra
- Doug Scarratt: Guitarra
- Nibbs Carter: Bajo y teclados
- Nigel Glockler: Batería

Grabado en 2008 durante la gira mundial del grupo, compuesto por la banda en Inglaterra y en la casa de Biff Byford en Francia
Género: Heavy metal
Producido por Charlie Bauerfeind


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¿En el laberinto? No. Para nada. ¿Puede cansar un grupo que repite siempre la misma fórmula? No. Para nada. Me viene a la cabeza el último trabajo de AC/DC. Es un buen disco, a secas. Bueno. Este 'Into The Labyrinth' de los Saxon es formidable. Comete el mismo 'error', por llamarlo de alguna manera, que el último álbum de los australianos más eléctricos: repetir la fórmula de éxito y no progresar en nada. A veces no hace falta. Saxon ha realizado un disco impresionante, una nueva joya tras su (bastante) reciente 'The Inner Sanctum', de 2007. No hay palabras.

 Cuando oí las primeras notas de este 'laberinto' sabía que estaba frente a una obra musical impresionante. El arranque tan mágico con el 'Batallions Of Steel' es insuperable. Un himno para el rock, no tanto porque tenga un estribillo pegadizo o por su carácter melodioso, o tan siquiera un solo de guitarra para el recuerdo. No. Es un himno por la esencia que desprende a viejo rock duro, un heavy metal clásico a la par que moderno, nítido, limpio, sincero, noble, fuerte y al mismo tiempo inocente. No es la música destroyer ahora de moda. No es ruido. No es contundencia instrumental. Es, insisto, la captación de la esencia de un estilo de hacer música, de sentirla, de ser amante de esta corriente artística.

Una banda tan veterana suele perder energía e ideas. Pero su carrera parece, lo digo con total objetividad, más fuerte e interesante que nunca. El mencionado disco 'The Inner Sanctum' fue impresionante, pero aún así flojeaba porque no todos sus temas conseguían mantener una línea bien alta. Este 'Into The Labyrinth' deja con la boca abierta, porque es prácticamente perfecto, redondo. Hasta la inclusión de un comercial 'Live to Rock' que puede verse en versión videoclip en Youtube no chirría, porque es noble en el fondo.

Pero más allá de lo controvertido de este tema, el resto de canciones insiste en mezclar la fórmula antigua practicada por ellos desde antaño, más un toque a modernez que empezaron a desarrollar a finales de los 90 y que en los álbumes 'Killing Ground' (2001), 'Lionheart' (2004) y el mencionado 'The Inner Sanctum' perfeccionaron. Un sonido que fusiona el heavy metal melódico con alguna atmósfera power, thrash, doom y hardcore.

'Demon Sweeney Todd', otro temazo, en esta ocasión rápido y con las bases de su música de toda la vida, que les hizo famosos. Biff Byford está, sin discusión, tremendo. 'Valley of the Kings' recuerda mucho a lo escuchado en el álbum predecesor, de 2007, con mucha mano de teclados de ambientación épica y oscurantista. Más clásico y fiel a su sonido de siempre es la más minimalista 'Slow Lane Blues', blues-rockera sin tanto efectismo ambiental. Algo doom, por lo oscura y  falta de melodía imperante, es 'Crime Of Passion', que nos recuerda a los Black Sabbath de la última etapa, con Tony Martin en el grupo 'de' Tommy Iommi. De la misma cuerda es 'Voice', otro tema duro y de ambientación tétrica. Aún así se reconoce perfectamente a los Saxon de siempre.

'Protect Yourselves'
hace un paso intermedio en esta línea hasta llegar a 'Hellcat', un tema más heavymetalero de los 80, rápido pero con el rollo que siempre caracterizó a los divertidos Saxon, nunca del lado oscuro del rock, por mucho que sus portadas a veces pudieran indicar lo contrario.

El círculo casi perfecto se completa con 'Come Rock of Ages'. Lo del círculo viene al dedillo porque el subtítulo de esta canción es 'The Circle is Complete'. Una despedida con sonido saxonero de toda la vida, un guiño a los fans más clásicos para no dejar un sabor de boca final equívoco. Ahora bien, el tema que cierra el disco en la versión europea -el japonés incluye un bonus- es 'Coming Home (Bottleneck Version)', que más que una canción con declaración de intenciones parece un bonus. Se trata de una versión de un tema del disco 'Killing Ground' en clave de blues afroamericano, nada rockero. Bien interpretado, quizás es un final que sobraba en este disco, que iba de otra cosa bien diferente.

Para nada, eso sí, hace cambiar o desmerecer al conjunto del álbum. Que ya es, insisto, una joya para recordar en el futuro y una referencia más para la Historia del rock, claro que sí.

Puntuación: 7/10

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