La joven italiana en estado de coma vegetativo desde 1992, mantenida con vida gracias a medios artificiales, Eluana Englaro, está acabando como un 'juguete' de las ideologías políticas en Italia. Unos y otros lo utilizan para marcar territorio ideológico. Es entendible que el Vaticano haga su esperado papel, condenando un posible caso de eutanasia activa. No podría hacer menos, consciente de que nada de lo que opine es vinculante. Pero la actitud de Berlusconi en toda esta última semana, después de que se trasladara a Eluana a una clínica privada, ha sido más que polémica y controvertida. Italia se divide en estos momentos entre los que consideran que el juez y la familia ya han decidido sobre la voluntad de la joven: morir ante sus duras condiciones. Pero el gobierno sigue adelante en su empeño con una ley express, como ya les contamos, y con una inspección a la clínica, con el objetivo de presionar. Al final ha tenido que intervenir el presidente de la República, el ex comunista Giorgio Napolitano, para negarse a tal decreto realizado 'ex profeso' para la ocasión. Muy triste que un ser humano se convierta en el campo de batalla de las distintas ideologías y partidos.
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