La normativa municipal garantizará, según explicó Ruiz-Gallardón, la conservación de los "anuncios históricos que ya forman parte de la imagen de Madrid". El Consistorio vigilará especialmente la publicidad de los entornos históricos de la almendra central y de los distritos periféricos, que tendrán consideración de zonas de especial protección. También controlará, por primera vez, la intensidad lumínica de los carteles luminosos, que no podrá superar las 600 candelas por metro cuadrado.
Las superficies publicitarias quedarán reducidas "para aminorar su impacto en el paisaje urbano". A partir de la entrada en vigor de la nueva regulación —previa aprobación por el Pleno municipal—, los carteles que coronan los edificios no deberán superar los 70 metros cuadrados de superficie, mientras que hasta ahora podían alcanzar los 90. En las paredes medianeras y viegas solo podrá utilizarse el 40 por ciento de la superficie total para fines publicitarios y también se reducirá el tamaño de los carteles que linden con vías rápidas.
Algunos supuestos no estarán sujetos a la regulación, como la difusión de actividades de ONG y vecinales, la propaganda electoral o la divulgación cultural. En cuanto a aquellos soportes publicitarios que hayan sido autorizados antes de la entrada en vigor de la Ordenanza podrán seguir en las mismas condiciones hasta que termine el plazo de autorización, pero los soportes, muestras y banderines que hayan recibido el visto bueno a la entrada en vigor de la ordenanza tendrán que adaptarse a ella en un plazo de 12 meses.
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