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Caravaggio, Monet, Casas, Picasso y Dalí se dan cita


Un recorrido histórico-cultural entre los siglos XII y XX de la mano a artistas como Caravaggio, Sisley, Monet, Degas, Rusiñol, Casas, Nonell, Picasso o Dalí se inauguró con la muestra 'Obras maestras del Museo de Montserrat en BBVA'.
   'De Caravaggio a Picasso', en el Palacio del Marqués de Salamanca de Madrid. En cartel hasta el próximo 7 de diciembre, la exposición incluye 100 piezas, entre pinturas, esculturas y obras sobre papel, seleccionadas de las cerca de 1.300 del monasterio. "Es la primera vez que el Museo de Montserrat cede un número tan importante de obras", aseguró Javier Ayuso, director de comunicación e imagen de BBVA.

   Entre los lienzos más destacados figuran 'El viejo pescador' (1895) y 'El monaguillo' (1896), pintados por Pablo Picasso entre sus 13 y 15 años, o 'Retrato de mi padre' (1925) y 'Dos figuras femeninas tumbadas sobre las rocas' (1926), ambos de Salvador Dalí.

   "Auténtica antología" 

   "Tenemos aquí una auténtica antología", describió Francesc Fontbona, coordinador científico del catálogo. "Se puede decir que ahora en Montserrat está expuesto el 'equipo reserva", afirmó, haciendo una metáfora futbolística.

   El recorrido comienza con piezas del siglo XII y continúa con obras tardogóticas y del primer Renacimiento como 'Construcción de una iglesia', de Nicolás Francés, o 'Nacimiento de la Virgen', de Pedro de Berruguete. De Caravaggio se presenta 'San Jerónimo Penitente', composición recientemente restaurada en el Prado. También destaca el retrato de Lafontaine, uno de los pocos cuadros de Rigaud en colecciones españolas. El impresionismo es uno de los movimientos mejor representados en la muestra, con óleos de Monet, Sisley, Degas y Pisarro.

   La escuela catalana constituye el núcleo central de la exposición, que enseña la influencia de París en catalanes como Modest Teixidor (en 'Pla de Palau'), Romà Ribera y Eliseu Meifrén. Sin embargo, en este ámbito se puede subrayar a Santiago Rusiñol, de quien se exhiben 'Café de los Incoherentes (Café Montmartre)', 'Rue Norvins' e 'Île Saint-Louis'.

   Ramón Casas, amigo de Rusiñol, también supo traducir en sus lienzos su fascinación por la luz y los temas parisinos, como se ve en 'Antes del baño', 'Joven decadente' o 'Madeleine', modelo que posaba para Toulouse-Lautrec y Alfons Mucha. Dario de Regoyos, con 'Polluelos', y Julio Romero de Torres, con 'Esperando', conectan con el estilo de estos creadores catalanes.

   'Bombones' con fuerza

   "Queríamos dar un equilibrio a esta selección. Hay algunos autores un poco secundarios, pero sus piezas son verdaderos 'bombones' y tienen mucha fuerza", detalló el padre Josep C. Laplana, director del museo y comisario de la muestra.

   De Isidro Nonell, por ejemplo, se exhiben cuatro óleos, de los que destaca 'Un pobre chiquillo', de 1896. Joaquim Mir es otro de los grandes de este período, representado por obras como 'Reflejo' o 'Alforja'. Catalanes como Frances Gimeno o Anglada Camarasa y extranjeros como Torres-García, Georges Rouault y Serge Poliakoff también podrán ser vistos.

   Un grupo de esculturas (sobresalen 'La modestia' de Llimona y 'María Rosa', de Joan Rebull) y de obras sobre papel completan el recorrido. Dibujos de Casas, Nonell, Picasso, Juan Gris, Dalí, Metzinger o Antoni Tàpies forman parte de la muestra, así como las acuarelas 'Dama con sombrilla', de John Singer Sargent y 'El vendedor de tapices', de Mariano Fortuny.

   "Un monasterio culto"

   Montserrat ha tenido dos épocas diferenciadas y separadas por la Guerra de la Independencia, cuando el monasterio fue quemado y saqueado, perdiendo todo su patrimonio artístico. Sin embargo, en mediados del siglo XIX, de la mano del abad Antoni M. Marcet, la abadía empezó a recobrar su esplendor, con una gran biblioteca y una pinacoteca que incluía la obra de Caravaggio expuesta en Madrid. "Marcet decía que deseaba convertirlo en un 'monasterio culto'", reveló Laplana.

   Tras la Guerra Civil, el abad Marcet fue sustituido por Aureli M. Escarré, el verdadero creador del actual Museo de Montserrat, que transformó la abadía en un centro cultural de relieve y consiguió la donación de uno de los más importantes coleccionistas de obras catalanas, el industrial Josep Sala.

   La donación de Sala abrió una sección dedicada a la pintura moderna, con obras de Picasso, Dalí o Casas, y produjo un incremento en el acervo, despertando la atención de otros donadores. Hoy el Museo de Montserrat cede sus obras a instituciones como el MoMa de Nueva York o la Tate Gallery de Londres. "Una obra de arte cedida es un embajador que proclama una sintonía y una proximidad", concluyó Laplana sobre el préstamo al Palacio del Marqués de Salamanca de Madrid.
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