¿Le decimos algo a 'Sarko'?

Mal, muy mal, ha sentado en el seno del Gobierno español la exclusión de nuestro país de la cita que ‘Sarko’ ha convocado, como presidente semestral de la UE, para este fin de semana con Reino Unido, Alemania e Italia, los miembros europeos del G-8. El pretexto sarkoziano es que, para tratar de la crisis económica global, ha llamado sólo a los europeos integrantes el G-8, y España no está ahí. Claro que en el Ministerio de Exteriores discrepan: España tiene mucho que decir en la marcha de Europa; el propio Zapatero ha dicho que la solución es “europea”, acaso como un mudo reproche por haber sido ninguneado por el vecino del norte.

Voces ha habido en la diplomacia española -este e-Xclusivo las ha oído- que pidieron una nota de protesta dirigida más o menos discretamente a París, concretamente al Elíseo. Parece que han primado otras voces que aconsejaron no hacer nada, ya que, al fin y al cabo, cualquier solución que los del G-8 adopten tendrá que tener en cuenta a España, que sigue siendo la octava -ponga usted la novena, si quiere- potencia económica mundial. Otra cosa es, claro, el peso específico, o la falta de él, que el señor Zapatero está mostrando tener en el corazón de la Unión Europea, y cómo tal escaso peso esté siendo utilizado -lógicamente- por la oposición.

El caso es que Zapatero dijo desde Rusia que la razón es que no ve bien estas reuniones extraordinarias y que prefería tratar el tema de la crisis en el Consejo Europeo de jefes de Estado y Gobierno del próximo 15 de octubre. Esta cita marcará el final de la presidencia de turno de Francia y Sarkozy, por lo que Zapatero aprovechará para entrar con fuerza y proponer sus medidas para afrontar la difícil situación económica.