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XI Congreso racional

Los socialistas valencianos vuelven a la greña y se sitúan al borde de la ruptura


No aprenden de los errores. Los socialistas valencianos inicaron la segunda jornada de su XI Congreso regional en un ambiente de claro enfrentamiento entre los dos candidatos que han logrado pasar la criba de los avales: Jorge Alarte, alcalde de Alaquás, y Ximo Puig, edil de Morella, cuya alianza con Francesc Romeu, y la corriente crítica Izquierda Socialista, tambalea seriamente el que parecía un claro triunfo de Alarte, el candidato apoyado por Ferraz. Su discurso ante el plenario, poco conciliador con Puig,  hace presagiar lo peor. Salvo que la dirección federal lo remedie,  no habrá 'integración' y los socialistas saldrán de este Congreso divididos.
Ante este ambiente de división, Leire Pajín hizo una  llamada al cierre de filas en torno al líder que salga victorioso: “será el mejor equipo y contará con todo el apoyo de la Ejecutiva Federal”, dijo en su intervención en la que, extrañamente, no hizo ni una sola alusión al ‘caso Fabra’.

De los tres aspirantes que habían conseguido mantenerse en la carrera – en un principio fueron hasta cinco- solo dos conseguían reunir o superar los 138 avales mínimos que se exigen para optar formalmente a la secretaría general del partido. El alcalde de Alaquàs, Jorge Alarte, casi rozó la mayoría absoluta  con 263 avales, y el de Morella, el lermista Joaquim –Ximo- Puig, cosechó 150. No obstante, el número de avales logrado no tiene porqué traducirse este sábadoen la misma proporción de votos, ya que quedan muchos delegados por manifestar su preferencia. Con todo, Alarte parte como favorito y con una ventaja mayor que su oponente.

A media tarde irrumpía en la sala de prensa para hacer las primeras declaraciones Ximo Puig acompañado de Francesc Romeu para que se visualizara el pacto alcanzado y para dejar claro que su casi segura derrota no iba a suponer dejar las manos libres al virtual nuevo líder del partido ya que ellos no renunciaban a su proyecto ‘valencianista’. Ambos se dirigieron en valenciano a los periodistas y a un nutrido grupo de seguidores  que invadieron la sala y que les despidieron con gritos de ‘torero, torero’ – a Romeu- y ‘bravos’.

Sus mensajes, dentro de todo, fueron bastante conciliadores. Asumiendo que al final tendrán que negociar con Alarte una lista de integración, Puig insistió en que el futuro del socialismo valenciano no debe leerse en clave “personalista” sino que debe superar los “etiquetajes” y las viejas “familias”. “Ahora de lo que se trata es de hablar de política”, señaló, mientras animaba  a sus compañeros a  plantar cara al Gobierno del PP encabezado por Francisco Camps, para ganar las próximas elecciones.

El “orgullo” de Leire

La apertura del cónclave corrió a cargo de Leire Pajín, que regaló los oídos a los militantes repitiendo varias veces lo “orgullosa” que se sentía de pertenecer a la federación valenciana, a la que atribuyó incluso el mérito de su reciente nombramiento como secretaria de Organización del PSOE.

La número dos del PSOE se esforzó en lanzar una llamada a la unidad después de tantos años de confrontación interna y en exigir que este Congreso les sirva de una vez por todas para cicatrizar las heridas abiertas cuyo episodio más reciente fue la dimisión de Joan Ignaçi Pla de la secretaría general y la designación de una gestora presidida por el veterano Joan Lerma, ex líder también del PSPV. Leire les habló del inicio de “una nueva etapa” en la que los socialistas valencianos deben de estar “a la altura de los ciudadanos”. “Hemos aprendido de los aciertos y de errores, -reconoció-, pero ahora no podemos defraudar a los ciudadanos y a los militantes que nos quieren encontrar fuertes y unidos al finalizar este Congreso”. Por eso, renegó de los que han vaticinado que en este cónclave sólo habrá “lío interno”, “a esos les vamos a decepcionar”, pero a los que esperan que de aquí salga un partido “fuerte, cohesionado y que camine con paso firme, a esos no les vamos a fallar”, advirtió.

Camps y sus “escuelas de hojalata”


Después, todo su interés se centró en atacar al  Gobierno de Camps al que acusó de taponar “el avance de las políticas progresistas” del Gobierno de Zapatero. Su denuncia se centró sobre todo en la Educación – la Generalitat valenciana se ha declarado en rebelión contra la asignatura Educación para la Ciudadanía-, y en la Sanidad: Camps sustituye las escuelas educativas por escuelas de hojalata y se gasta mil millones de euros en profesores de ingles para impartir la asignatura EpC”, recordó la secretaria de Organización socialista, recibiendo calurosos aplausos.

En contraposición, aseguró que Zapatero y su gobierno ha cuidado y cumplido los compromisos que tenía con Valencia mostrándose convencida de que el AVE que enlazará Madrid con la capital del Turia “será pronto una realidad” gracias al Gobierno central que, aunque acaba de aprobar unos Presupuestos “austeros”, no escatimará en cambio en política social e infraestructuras. Todo lo contrario que, a su juicio, hacen los populares en Valencia, “se mofan de las  dificultades de la gente mientras recortan  el gasto social”.

Pajín finalizó su discurso  pidiendo a todos los dirigentes y a la militancia  que “estén cerca de los que menos tienen”, que  “escuchen a la gente” y les envíen un menaje de tranquilidad  y  confianza en el futuro

“Solo vosotros sois responsables de escribir la pagina del futuro”, le dijo convencida de que el candidato que gane el Congreso sobrá integrar a los perdedores. “Será el mejor equipo y contará con todo el apoyo de la Ejecutiva Federal” y el suyo propio, les prometió.
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