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El Miró más desconocido se muestra en el Thyssen

Un Miró diferente del que "todos conocemos". El Museo Thyssen-Bornemisza acogerá desde este martes y hasta el 14 de septiembre una muestra que ofrece un recorrido por la trayectoria creativa de Joan Miró desde 1918, fecha de su primera exposición individual, hasta sus últimas obras. Bajo el título de 'Miró: Tierra' los ciudadanos podrán observar al Miró más desconocido a través de 70 obras, principalmente pinturas, aunque también hay esculturas, dibujos, collages y cerámicas.
'Miró: Tierra' es "un estudio de un Miró muy desconocido". Un Miró que era una persona "inconformista, iconoclasta y transgresora" que bebió de todas las fuentes. Así lo ha afirmado su propio nieto, Joan Punyet Miró durante la presentación de esta exposición que tendrá lugar en el Museo Thyssen-Bornemisza, en colaboración con Ferrara Arte, desde este martes y hasta el 14 de septiembre. Se trata de una muestra de gran importancia, como ha recordado su comisario, Tomàs Llorens, ya que desde el año1993 Madrid no ha acogido "una exposición retrospectiva sobre Miró". En aquella ocasión tuvo lugar en el Museo Reina Sofía bajo el título de 'Miró, campos de estrella'.

Ahora se ha querido enseñar al Joan Miró relacionado con la tierra. De ahí, que "la mayoría de las obras de esta exposición no estuvieran incluidas en la muestra de 1993", según ha indicado Llorens. De hecho, en esta muestra "están ausentes las constelaciones". En palabras de Guillermo Solana, conservador jefe del Museo Thyssen, con esta exposición "se reinterpreta al último Miró. El Miró último que encierra muchos enigmas por descifrar".

Los ciudadanos podrán descubrir a este Joan Miró a través de cerca de 70 obras -principalmente pinturas, pero también esculturas, dibujos, collages, cerámicas...- procedentes de numerosos museos y colecciones de todo el mundo. Unas obras que han sido seleccionadas para presentar en este espacio esta revisión del arte de Miró frente a las tradicionales revisiones historiográficas centradas habitualmente en su vinculación con el surrealismo. El hilo conductor es la noción de 'tierra' pero que debe entenderse en el sentido más amplio posible.

En concreto, la muestra se articula a través de siete capítulos que recorren la totalidad de su trayectoria.  El primero está basado en 'Mont-roig' ya que el recorrido de la muestra se abre con las obras inspiradas en el ambiente rural de esta localidad catalana. Estos paisajes, pintados entre 1918 y 1921, fueron para Miró una verdadera revelación de lo rural y están imbuidos de un sentido específico de lugar frente al desarraigo metropolitano de su Barcelona natal. El segundo capítulo está dedicado a las 'Transparencias animadas'. Reúne un grupo de paisajes, realizados principalmente en París, que testimonian el contacto de Miró con las vanguardias parisinas y el nacimiento de un nuevo tipo de paisaje "metafórico", en el que lo rural pasa de la experiencia inmediata al dominio de la memoria.

En el tercero, bajo el título de 'Paisajes del origen' el juego de la memoria y la búsqueda de lo esencial conducen al mito del génesis. Un mito que alcanza su culminación pictórica en un grupo de paisajes de gran formato realizados en 1927. En estas obras Miró evoca la imagen originaria de su Cataluña natal, dando vida a una personal representación del mito de la creación. Asimismo,  en 'Poliformismos' se puede apreciar cómo a partir de 1929 el núcleo 'tierra' en la obra de Miró se asocia con una cualidad específica de su trabajo: la prioridad de la materia sobre la forma.

Figuras plutónicas
En la quinta parte de la exposición, y bajo el término de 'Figuras plutónicas', se incluye un numeroso grupo de pinturas, muchas de ellas de pequeño formato, que Miró realizó entre 1934 y 1936, y en las que utilizó a veces técnicas y materiales heterodoxos como los soportes de cobre, y, en otras ocasiones, una paleta de colores más viva y violenta. Joan Miró da vida así a unos paisajes que parecen pertenecer a otro mundo, poblados de criaturas misteriosas.

En la sexta parte, y con el nombre de 'El retorno', se puede ver el reencuentro de Miró con la masía de Mont-roig. La obra del artista -realizada ahora en buena parte sobre papel- evoca un enjambre de personajes, muchos de ellos alados y hostiles. Experimenta con la cerámica y retoma el interés por utilizar materiales diversos e insólitos, realizando un conjunto de obras que muestran ya el trabajo de un artista maduro y de éxito internacional.

Finalmente, la última parte de la muestra, con el nombre de 'Ciclos', tiene relación con 1956 cuando Miró se instaló definitivamente en Palma de Mallorca. En esta sección la muestra está dedicada a la obra realizada en estos años en los que Miró trabajó con frecuencia el formato monumental y con temas ligados a lo femenino o a la sensualidad.
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