¡Ah del Castillo!

La nueva terminal 4 del aeropuerto de Barajas, los recintos feriales de IFEMA, el futuro Campus de la Justicia y la Ciudad Deportiva del Madrid, todos ellos situados en el distrito de Barajas, compartirán historia y protagonismo con el Castillo de los Zapata que, una vez rehabilitado, se convertirá en un gran centro de interpretación de los asentamientos históricos de la zona. Por tanto, el pasado y el futuro, lo antiguo y lo moderno convivirán, sin problemas, en un distrito que, según afirma su concejal-presidente, Tomás Serrano, "va a ser el polo de riqueza de la Comunidad de Madrid en los próximos años". De momento, Barajas ya puede presumir de tener "el único castillo que hay en el municipio de Madrid", como recuerda Serrano. Un castillo que, aunque actualmente está en ruinas, antes de que termine la presente legislatura le habrá ganado la batalla al tiempo con la rehabilitación que está llevando a cabo la Casa de la Villa.

La restauración se trata de una promesa electoral realizada en el año 2003 que, como hace hincapié Tomás Serrano, "se está cumpliendo", porque desde el año pasado el Ayuntamiento de Madrid, a través de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Concejalía de las Artes, está realizando una campaña de excavación arqueológica en esta zona consistente en la recuperación, conservando los restos existentes, del Castillo de los Zapata y sus alrededores. Para ello, en 2005 se invirtió 102.000 euros mientras que para el presente año se destinará una partida de 194.100 euros. Una inversión que tendrá como principal finalidad "crear un centro de interpretación de los asentamientos históricos de las conocidas Terrazas del Jarama", según afirma el concejal de Barajas que, con el inicio de los trabajos de recuperación, ha visto hecho realidad un reto considerado como personal ya que no solamente es vecino de este distrito sino que presume de haber nacido en Barajas por lo que "este tipo de cosas me encanta que se restuaren, dentro de lo posible".

Los orígenes del Castillo de los Zapata se remontan al siglo XV cuando el área del entorno de Barajas fue agrupada en señorío y entregada a la familia Zapata. La fecha de construcción del castillo parece ser la de 1431 cuando el Rey Juan II otorgó como dote las villas de La Alameda y Barajas a Inés de Ayala y a Ruiz Sanz Zapata. En cualquier caso se sabe que en 1476 el castillo ya estaba terminado. Según algunos documentos, Francisco Zapata de Cisneros, que ostentaba los títulos de señor de La Alameda y Conde de Barajas, realizó en 1575 algunas mejoras en el castillo, como la torre del homenaje, las nuevas crujías en los laterales este y sur, y la apertura de vanos más amplios y luminosos. El castillo estaba formado por un cuerpo rectangular con las esquinas redondeadas con una superficie interior algo mayor de 200 metros cuadrados. Además, una torre cuadrangular, en el ángulo noroeste, y otra cilíndrica, en el ángulo opuesto, defendían los cuatros flancos del pequeño recinto.

Tanto el recinto como las dos torres se hicieron en mampostería caliza irregular con tendencia a formar hiladas. Junto a lo que queda en la actualidad del Castillo de los Zapata se encuentran también dos panteones, como informa Tomás Serrano. Y es que a principios del siglo XIX los materiales de construcción de esta fortaleza se emplearon en la construcción del panteón de los Fernán Núñez, familia en la que recayó, por herencia, el condado de Barajas. "Todo indica que los materiales utilizados para levantar este panteón fueron sacados del propio castillo", señala el concejal de Barajas, al mismo tiempo que aclara que el otro panteón, situado en los aledaños de la fortaleza, es de propiedad privada.

En definitiva, con el proyecto de rehabilitación del Castillo de los Zapata el Ayuntamiento de Madrid espera devolver a esta fortaleza el protagonismo que se merece. Sin embargo, si los restos encontrados en los alrededores del castillo no tienen la suficiente entidad o importancia como para ser expuestos la zona se convertirá en un espacio "ajardinado y en un parque", según aclara Tomás Serrano. En cualquier caso este lugar dejará de ser un sitio abandonado, en el que se ubica un castillo fantasma, para convertirse en un espacio nuevo donde, según todo apunta, la historia recuperará el lugar que nunca debió perder por el deterioro de un castillo que no se ha resignado a desaparecer con el paso de los siglos.