La etarra 'Lola' se libra, de momento, de la cárcel

   Durante la vista oral, celebrada el 1 de febrero, la fiscal Dolores Delgado elevó a definitiva su petición de 18 años de cárcel contra la acusada al considerar que participó junto a otros miembros de ETA en estos hechos.

   El Ministerio Público basaba su acusación en las declaraciones policiales efectuadas por el etarra ya condenado por estos hechos, Felipe San Epifanio, quien aseguró que en la colocación del vehículo, que fue finalmente desactivado, participó la acusada.

   La fiscal se apoyaba también en los testimonios de los otros dos miembros del comando sobre los que pesa una condena por la colocación del vehículo Gonzalo Rodríguez Cordero y José G.Zabala. El dirigente de ETA Gregorio Vicario Setién formaba también parte del grupo. 

Se precisa colaboración

   No obstante, los tres miembros de ETA se acogieron durante el juicio al derecho establecido por la jurisprudencia del Tribunal Supremo a no declarar al tratarse de coimputados.

   Así, los magistrados de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal indican en su sentencia que para condenar a la acusada necesitarían "algún elemento corroborante, aunque fuera mínimo" sobre la participación en los hechos de la acusada. 

   Los miembros del comando responsables del intento de atentado aparcaron el vehículo frente a las oficinas barcelonesas de Correos  en agosto de 1993 aunque finalmente no pudieron hacerlo explotar al detectar la presencia de una patrulla de la Guardia Urbana. Ante el riesgo de ser detenidos, decidieron abandonar el lugar y avisar a los diarios 'Egin' y 'La Vanguardia' de la colocación del artefacto.

   El vehículo, que llegó a explotar a pesar de los trabajos del Grupo de Desactivación de Explosivos, causó daños en el vehículo tasados pericialmente en casi 4.000 euros.