OPINIÓN/Víctor Gijón
Mezclar churras y merinas es lo que tiene. A estas alturas ya no sabemos si lo que el alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, achaca al Gobierno regional en general o a su vicepresidenta, Lola Gorostiaga, en particular, es querer construir viviendas sociales en La Remonta, engañar al Consistorio, presentar proyectos a destiempo, copiar infografías o dejar que hermanos de ex consejeros se presenten a concursos de ideas.
Mezclar churras y merinas es lo que tiene. A estas alturas ya no sabemos si lo que el alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, achaca al Gobierno regional en general o a su vicepresidenta, Lola Gorostiaga, en particular, es querer construir viviendas sociales en La Remonta, engañar al Consistorio, presentar proyectos a destiempo, copiar infografías o dejar que hermanos de ex consejeros se presenten a concursos de ideas.
Y es que cada día el alcalde se saca de la manga una nueva acusación. Creíamos que todo ello se debía a la campaña electoral, pero, a tenor de sus últimas declaraciones, parece que va más allá.
De la Serna se ‘remonta’, aunque, quizás por su educación, es de los que prefieren el pellizco de monja antes que el crochet a la mandíbula de su antecesor en el cargo. Por eso lanza la piedra y esconde la mano. Utiliza filtraciones a un medio de comunicación amigo --la edición en Cantabria de El Mundo-- para poner sobre la mesa asuntos que no dan ni para un protesta formal, si bien se presentan como si hubieran descubierto la cueva de Ali Babá.
Si el Ayuntamiento de Santander y su alcalde entienden que en el concurso de ideas de La Remota se dan irregularidades, y siendo como es parte interesada y con voto, debería tomar las medidas adecuadas en el ámbito del recurso y, si procede, acudir a los tribunales. Lo otro, filtrar informaciones para poner a los pies de los caballos a un profesional del urbanismo por el solo hecho de ser hermano de un ex consejero demuestra la miserable forma de entender la política del alcalde de Santander y del PP que le apoya en esa deriva.
No hay ley alguna que prohíba que Eduardo Pesquera, ingeniero y urbanista, participe en concursos públicos. Plantear lo contrario es anticonstitucional y demuestra que algunos políticos se sienten más a gusto esparciendo basura, que, por ejemplo, trabajado para ofrecer viviendas dignas a sus vecinos.
¿Se imaginan en que altura pondría el grito De la Serna, y con razón, si la oposición le preguntase por qué numerosas obras municipales, con sobrecoste incluido, han sido adjudicadas a un alcalde del PP, cuya constructora prácticamente solo trabaja con alcaldes de su mismo partido? Pues eso.
Si (
No(
