La respuesta gubernamental al reto contra el Estado lanzado por el lehendakari Juan José Ibarretxe en el debate de política general vasca no se ha hecho esperar: tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha recurrido a la “ley” para responder a la convocatoria de un referéndum en Euskadi: “En el marco de la Ley, en la Constitución cabe todo… fuera de la Ley, ahí no cabe nada”.
No ha sido una respuesta contundente por parte de la vicepresidenta De la Vega; obviamente, porque quería quitar hierro al asunto, y lo ha hecho alegando que hasta ahora lo único que ha hecho el lehendakari vasco es anunciar un referéndum, pero no el cómo lo hará: “No ha concretado las circunstancias de ese referéndum; por lo tanto, no se puede hacer un juicio político”.
Sí le ha dicho, sin embargo, a Ibarretxe, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que “quien incumple las reglas del juego camina hacia el fracaso” y que “dentro de la Ley, cabe todo; fuera, sólo fracaso”.
Pero lo que más ha podido sorprender a un observador político es la ‘tibieza’ en las respuestas de De la Vega hacia Ibarretxe y su órdago al Estado y la dureza con la que ha enjuiciado la reacción del líder del PP, Mariano Rajoy, por su reacción al mismo anuncio. Le ha llamado “ruin y miserable” y le ha dedicado a él y a su partido “mi desprecio” por “utilizar reivindicaciones nacionalistas de siempre para atacar a este Gobierno” y por utilizar también los actos contra el rey y las presiones nacionalistas de todo tipo “para atacar al presidente Zapatero”. Sorprende esta dureza, porque De la Vega lo hizo al inicio de su exposición cuando fue preguntada por su reacción sobre lo planteado por Ibarretxe.
Más allá de la pelea política ‘doméstica’ -hay elecciones generales en marzo- a Fernández de la Vega no se le pudo sacar nada concreto. “Constitución, Constitución, Constitución” fue todo lo que realmente dijo. Y dijo que “el lehendakari sabe que una actitud responsable en política debe atenerse al respeto a las reglas del juego… y sabe que están marcadas por la Constitución y la Ley y vale para consultas populares, como es un referéndum”.
Necesitó muchas palabras De la Vega para explicar una afirmación suya anterior: “Si se ajusta a la Ley [el referéndum] no habrá ningún problema; si no, será un referéndum ilegal… Ya lo decimos siempre: está tasado y bien tasado”. Una respuesta, efectivamente, un tanto ambigua que dio lugar a repreguntas y aclaraciones poco clarificadoras porque De la Vega no quiso salir de los tópicos –el Ejecutivo parece que tiene consigna: no echar más leña al fuego-: “El Gobierno no hará nada si no se convoca nada”, cosa que no deja de ser una obviedad, o que “en el marco de la Ley, en la Constitución cabe todo”, o que “el Gobierno cumple y va a hacer cumplir la Ley”.
En fin, que como aclaración de todo lo anterior, la vicepresidenta dijo: “Las consultas están reguladas en nuestra Constitución; claramente tasadas, los supuestos, los contenidos… tasadas. Si se cumplen esos supuestos, caben… El Gobierno sólo puede decir Constitución, Constitución, Constitución”.
Ibarretxe ya avisó el 20 de junio a Zapatero
20 de junio de 2007. Palacio de la Moncloa. Tras la reunión de Ibarretxe con Rodríguez Zapatero el lehendakari ofreció una rueda de prensa que no dejaba lugar a dudas del pulso que le iba a echar al Estado. Entonces Ibarretxe puso condiciones para apoyar a Zapatero, pero Moncloa lo negó. Los titulares periodísticos se refirieron inmediatamente a las propias declaraciones del lehendakari. Pero ‘voceros’ gubernamentales dijeron entonces que Ibarretxe no había dicho en rueda de prensa lo que había dicho en rueda de prensa.
Ahora se han visto los resultados. Y ahora se sabe ya sin lugar a dudas por qué ha dimitido Josu Jon Imaz de la Presidencia del Euskadi Buru Batzar (EBB). Todo parece indicar que el Gobierno espera que de la Asamblea de diciembre del PNV, cuando se nombre a Iñigo Urkullu presidente del partido nacionalista, éste consiga con el sector de Joseba Egibar aplacar la ira desatada de Juan José Ibarretxe. Parece que a eso es a lo que juegan en Moncloa.
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