OPINIÓN/Víctor Gijón
De la Serna y la 'herencia' recibida
El alcalde de Santander no sólo tiene las arcas municipales vacías, sino que se va a tirar toda la legislatura pagando las deudas por algunas alegrías electorales y otras actuaciones menos confesables que ya les iremos contando.
No es esperable que Iñigo de la Serna ponga negro sobre blanco la herencia recibida que, al fin y al cabo, es suya también en tanto que militante del PP y miembro del anterior equipo de Gobierno, el presidido por el ausente Gonzalo Piñeiro. Pero que no quiera reconocer públicamente lo que es vox populi no le puede llevar a plantear exigencias imposibles que sólo pueden crear frustración en los ciudadanos.
De la Serna, que acaba de apuntarse una parte importante del éxito en el tema de la unificación de la estaciones de RENFE y FEVE en Santander, ha cometido el error, presionado por la quiebra municipal, de menospreciar lo conseguido mediante el torpe planteamiento de pedir la luna. En lugar de destacar lo que supone, objetivamente y en su caso políticamente, que la capital de Cantabria vaya a recibir 341 millones de euros de Fomento para la integración ferroviaria, se enreda en cuantificar lo que costaría la obra en superficie, dinero que exige venga también de Madrid.
Plantear que también tienen que salir de Fomento los fondos para desarrollar el proyecto de urbanización de los terrenos resultantes de la operación de unificación de infraestructuras férreas en la entrada de Santander carece de fundamento y antecedentes. Porque no es verdad, como afirma el alcalde, que en otras ciudades ese haya sido el procedimiento empleado.
La liberación del espacio en superficie que va desde las actuales Estaciones a la Marga se entregará al municipio para que lo desarrolle de acuerdo son sus planeamiento urbanístico. Son miles de metros cuadrados a los que se les puede sacar un beneficio social y también un beneficio económico. Este último es con el que otras ciudades españolas han contado para financiar el coste de sus proyectos de reordenación.
Pedir por pedir, sabiendo de su imposibilidad, es renunciar a ejercer ese derecho que tanto demanda hoy el alcalde De la Serna y al que durante años se negó su partido cuando acaparaba todo el poder regional: el de la autonomía municipal. Que no es sólo una palanca par sacar dinero del Gobierno regional o una formula protocolaria, sino sobre todo la consecuencia de un planteamiento responsable de derechos y obligaciones. Y un medio para decidir cómo se puede mejorar la vida a los vecinos de Santander. Por ejemplo creando tejido urbano entre la calles Alta y Castilla una vez desaparecidas las vías. Pero para eso se necesita dinero, lo que exige ser creativos a la hora de lograrlo. Pasar la gorra en Madrid es el recurso de quien carece de ideas o no cree en sus posibilidades.
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