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Le dijeron que estaba localizado y que si rectificaba volvería a prisión

'Caso Troitiño': una filtración interesada... que no funcionó

'Caso Troitiño': una filtración interesada... que no funcionó

El esperpento protagonizado por la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, y en especial por el juez Alfonso Guevara, rectificando en días la polémica puesta en libertad del etarra Antonio Troitiño, tiene toda una intrahistoria realmente curiosa: convencieron a Guevara de que la puesta en libertad de Troitiño había sido un profundo error que lo iba a revocar el Pleno de la Audiencia Nacional y que si rectificaba previamente la Sala, Troitiño volvería inmediatamente a prisión porque estaba localizado. Pero hubo un error de los servicios de información: Troitiño ya había volado.
           El pasado 14 de abril, un día después del polémico auto del juez Alfonso Guevara dejando en libertad al etarra Antonio Troitiño, condenado por 22 asesinatos, la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitaba a la Sección Tercera de la Sala de lo Penal -autora de esa polémica puesta en libertad de Troitiño- que se dejara sin efecto la orden y que "proceda al abono de las prisiones provisionales sufridas de manera sucesiva según se vayan cumpliendo las diversas penas por la que ha sido condenado, hasta alcanzar el límite de 30 años de prisión".           La Fiscalía intentaba de esta manera frenar la alarma social que supuso la puesta en libertad de Troitiño por una interpretación lasa del juez Alfonso Guevara de la Sentencia del Tribunal Constitucional nº 57/ 2008, de 28 de abril que estableció, estimando un recurso de amparo, que la prisión provisional sufrida por un imputado o procesado le ha de ser abonada a su condena incluso cuando todo o parte de dicha prisión provisional haya coincidido con el efectivo cumplimiento de otra pena impuesta en otra causa. Lo que en definitiva determina el doble cómputo de un mismo período de privación de libertad. Convencieron al juez de revocar su orden           Paralelamente, la Fiscalía consiguió convencer al juez Guevara de que podía cumplirse con la sentencia del Constitucional aplicando la rebaja al total de la pena de Troitiño -unos 2.500 años de prisión- y no sobre los 30 años máximo que puede cumplir cada condenado. Y, según ha sabido Diariocrítico de fuentes absolutamente solventes, la Fiscalía convenció al juez Guevara por tres razones fundamentales.           Primera, que se había ya convocado el Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para el lunes siguiente, y que ese Pleno iba a revocar en todos los sentidos la orden de puesta de libertad de Antonio Troitiño decretada por Guevara, lo que supondría un importante varapalo jurídico para el propio juez y para el conjunto de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal.           Segundo, que no obstante lo anterior, cuando ese lunes se reuniera el Pleno ya sería tarde, porque Troitiño, suponiendo lo que iba a ocurrir –la revocación de su orden libertad-, ya se habría escapado y no sería posible detenerle.           Tercero, que en estos momentos del proceso, Troitiño estaba perfectamente localizado por los servicios de información y que si la Sección Tercera revocaba su auto de puesta en libertad y dictaba su búsqueda y captura, podía ingresar inmediatamente en prisión, aplacando el clamor social que la puesta en libertad de Troitiño había provocado. Reunión en secreto... pero con filtración periodística           Llegados a este punto, la Fiscalía convenció, no sólo a Guevara, sino a los magistrados de esa Sección, que se reunieran en secreto -es decir, sin publicidad, para no levantar la liebre-, que aceptaran los argumentos dados en el recurso de la Fiscalía y que revocaran ellos mismos el Auto que habían emitido unos días antes.           Así se hizo. La Sección se reunió en secreto para, también en secreto, revocar el auto de libertad de Troitiño y emitir una orden de búsqueda y captura que permitiera a la policía detenerlo inmediatamente. Tanta seguridad había respecto a los informes de los servicios de información sobre la localización de Troitiño, que incluso se filtró la operación a dos medios de comunicación madrileños, con la petición de que no lo hicieran público hasta que Troitiño fuera detenido. En ese momento es cuando esos dos medios podrían dar la información en rigurosa exclusiva.           Pero ocurrió lo imprevisible: que la información policial sobre la localización de Troitiño era errónea: el etarra ya no estaba en el punto señalado y no pudo ser detenido. Además, un problema -suficientemente conocido- sobre la euroorden de detención, que hubo que rectificar. Los medios de comunicación a los que se les había filtrado la información cambiaron sus portadas, que ya tenían preparadas: en vez de decir que el Gobierno arrestaba nuevamente a Troitiño, la historia cambió por la fuga de Troitiño, dejando en el disparadero a la Audiencia Nacional, a la Fiscalía, al Ministerio del Interior y al propio Gobierno. - Lea también: Troitiño, ¿escondido en un piso de España o Francia?
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