Acusada de inducir el 'crimen de la funeraria' incurre en contradicciones durante su declaración

   Mari Cruz A., la cooperadora necesaria e inductora , según la fiscal, del 'crimen de la funeraria' ha vuelto a incurrir en una contradicción al intentar justificar por qué llamó a su amigo Javier, su "superamiga", tal y como lo describió en la jornada de este martes, la noche siguiente al crimen y no se puso en contacto con el acusado, Manuel S., hasta 14 días después de lo sucedido.    Ha explicado, en un aparente estado de nerviosismo, que no hizo falta que le contara a Javier lo ocurrido puesto que ya lo sabía "porque estaba conmigo en el velatorio", a lo que el abogado de la defensa ha contestado que eso no pudo ser, puesto que el cadáver de su marido se encontraba aún en el Instituto Anatómico Forense.    Acto seguido, la procesada ha corregido su versión al afirmar que pudo ser que esa llamada a Javier, con el que supuestamente también mantenía una relación según el acusado, la hiciera su hijo.    Así ha comenzado la cuarta sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Murcia con jurado popular desde este lunes, que se encarga de juzgar el crimen ocurrido hace ahora cuatro años, cuando presuntamente Manuel S., supuestamente inducido por Mari Cruz, mató con un cuchillo de 30 centímetros de hoja al marido de ésta, empleado de una funeraria.    Una vista oral en la que el juez ha vuelto a llamar la atención a José Pardo Geijó, el abogado de Mari Cruz, hasta el punto de que el magistrado Juan del Olmo le ha tenido que recordar los hechos que se están enjuiciando.    Otro de los incidentes de la jornada ha sucedido cuando en el interrogatorio del abogado de Manuel S. le ha preguntado por qué no llamó a su amante, que según ha descrito ella era su "confidente y amigo", hasta 14 días después enterándose éste de lo ocurrido por lo publicado en los medios de comunicación, a lo que ella ha respondido que fue porque se "sentía mal, y no me encontraba para nada", y sí lo hizo con su amigo Javier, "que solo era un amigo".    Asimismo, se le ha preguntado sobre el mensaje que el día de los hechos, Manuel le envió: "han cambiado la cerradura", lo que ha suscitado que en cuestión de segundos Mari Cruz respondiera, en un intento de duda, que ella en ningún momento le hizo una copia de llaves del lugar donde su marido trabajaba.    Dos preguntas que han suscitado el interés del público, del que se ha podido oír los murmullos y que ha provocado la expulsión, por orden del juez, de dos familiares de la víctima.    En concreto, la expulsión de una mujer responde a que durante el interrogatorio a la acusada, ésta no paraba de hacer gestos con la cabeza, que ha propiciado que Mari Cruz le comentara al magistrado que así no podía seguir declarando porque la estaba poniendo nerviosa.    El juicio ha arrancado con el turno de la acusación particular que se ejerce en nombre de los tres hijos que el fallecido y la acusada tenían, tras suspenderse ayer al acogerse la acusada, por recomendación de su letrado, a su derecho constitucional a no declarar.    En la sesión de este miércoles, Mari Cruz ha relatado que cuando fue detenida, la policía llegó a presionarla para que confesara el crimen porque "sería lo mejor" para su hijo, que también se encontraba junto con Manuel en los calabozos de la Comisaría al considerarlos a todos ellos autores del asesinato.    De igual forma, ha confesado que en algún momento llegó a comentar con su hijo que el asesino podía ser Manuel S., pero que inmediatamente descartaron esa opción porque era una persona "tranquila, buena y creía en él y estaba enamorada, porque me hacía sentir cómoda y yo estaba falta de cariño".    Era su "confidente", ha subrayado ante el jurado popular, hasta el extremo de que la acompañaba al hospital cuando protagonizaba algunos de los varios episodios de malos tratos que solía mantener con su marido; una situación que, según ella, jamás llegó a contar a su amigo Javier, porque tan solo era "un amigo".    Tras volver a insistir en que siempre ha querido a su marido, ha dejado claro que la podía "haber matado de un golpe", a lo que a renglón seguido ha matizado que no se separaba de él porque los malos tratos "los veía normales".    De otro lado, y a preguntas de la defensa de Manuel S. de cómo fue posible que Mari Cruz pudiera desahogarse con su amante en una conversación telefónica de poco más de un minuto tras ocurrir el episodio en el domicilio conyugal, en el que su marido lanzó contra la encimera un plato de comida. Ésta ha justificado esa llamada limitándose a responder que fue para contarle lo ocurrido.    Precisamente, fue en esa conversación, mantenida el día del crimen, cuando Mari Cruz le trasladó a su amante que la situación con su marido la tenía que "arreglar ya", y que el acusado interpretó, según explicó en días anteriores, que "tenía que matar a su marido".    La mujer también ha tratado de justificar las declaraciones que realizó ante la Policía antes de ser detenida cuando le ocultó que Manuel era su amante, ya que "no le debía interesar que yo tuviera un amante", al igual que tampoco le contó los episodios de malos tratos que mantenía con su marido; ni que ese día éste se marchó cabreado y sin comer; ni los intentos de suicidio; ni que su padre le dijo a Manuel, en estado de "ira", que se podía contratar a un sicario, a lo que ella ha contestado que fue porque "no estaba para hablar, ni para nada".   Al hilo, ha asegurado que el trato de los agentes cambió en el momento en que fue detenida, acusada de haber matado a su marido junto a su hijo y su amante.    Un aspecto que ha despertado el interés, por lo curioso que resulta, al abogado de la defensa ha sido por el hecho de que Mari Cruz, al igual que Manuel, negó la relación extramatrimonial que ambos mantenían, y que a juicio del letrado le parece "demasiada casualidad", respondiendo todo ello al presunto plan que los procesados pactaron a la hora de acabar con la vida de la víctima.    Finalmente, esta auxiliar de enfermería sigue manteniendo que es inocente y niega que participara en el crimen que le costó la vida a este empleado de la funeraria en marzo de 2007. "CREÍAN QUE YO ERA LA ASESINA"    La hipótesis que la mujer trasladó a su familia política fue la de que su marido "estaba metido en cosas feas" y detrás de su muerte "estaba la mafia, gente muy peligrosa"; una cuestión que el letrado ha vuelto a poner en duda, porque si se trataba de meros profesionales no hubieran actuado a plena luz del día y utilizado, como arma homicida, un cuchillo que más bien podría ser el utilizado para cocinar.    Para que no quedara la más mínima duda, y llegado el turno de la defensa de la acusada, Pardo Geijó ha creído oportuno introducir un audio, consistente en la conversación que María Cruz, meses después de ocurrir el crimen, mantuvo con el hermano de la víctima, a quien le manifestó su deseo de "juntar a toda la familia" porque estaba cansada de lo que la hermana del fallecido iba diciendo y que, según Mari Cruz, "sabía mucho y estoy muy mosqueada".    En esa pieza se ha podido escuchar como Mari Cruz le transmite a su cuñado su voluntad de que se sepa toda la verdad, "porque no quiero tener problemas con ninguno. Quiero que sepáis donde estaba metido tu hermano y parece que la mala de la película soy yo, y yo quería a tu hermano con locura y estoy acojonada porque estaba metido en cosas muy sucias, es gente profesional y una mafia".    En la jornada del martes, y a preguntas del Ministerio Fiscal de por qué realizó varias llamadas al director de un banco, algunas de  madrugada, con el que también supuestamente mantenía una relación, ésta dijo no recordarlas, mientras que a preguntas de su abogado ha afirmado que tenía interés en cancelar la hipoteca al morir su marido.