Al barco, que permanecía fondeado frente al Paseo Marítimo de Santander en la noche del miércoles, le fallaron las amarras, según informó hoy la organización de la regata Cantabria Infinita. Sobre las cuatro de la mañana el velero quedó suelto de su fondeadero, y fue arrastrado por el viento y la corriente hasta las rocas del Faro de la Cerda, en la Península de la Magdalena de Santander.
De momento el barco no parece haber sufrido daños, y sus tripulantes confían en que se pueda recuperar para participar en las regatas. Se espera que esta tarde, coincidiendo con la pleamar, quede resuelto el problema.
El organizador de la prueba, el regatista cántabro Toño Gorostegui, se ha personado en el lugar para interesarse por lo sucedido y ayudar en las tareas de rescate del barco.