Por un 'cara a cara' bilingüe Mas-Montilla

Si Mas no quiere quedar como un cobarde y Montilla como quien se desdice de su reto inicial, se impone un inmediato cara a cara bilingüe por televisión.

En el movido y poco interesante debate de este domingo, entre los seis líderes de las formaciones políticas parlamentarias que se presentan a las elecciones, los dos principales candidatos dieron la sorpresa con un golpe de efecto justo al final.

Montilla pidió, nuevamente, hacer el cara a cara, incluso renunciando que fueran dos, uno en catalán y otro en castellano, y aceptando Mas sin reservas, incluso a hacerlo todo seguido la misma noche, lo que la dirección de TV3, con buen criterio, no consideró oportuno.

Con todas las encuestas en contra, a José Montilla, que se mostraba nervioso, le interesa por si le puede ayudar a remontar, a Artur Mas, más sereno y un poco prepotente, podría perjudicarle cualquier error o metedura de pata, en cuanto las mismas encuestas le son muy favorables. ¿Es comprensible ese interés del socialista, así como una cierta inicial resistencia del convergente?

Ahora, después de la pública recogida del guante Montilla, la pasada noche del domingo, por parte de un crecido presidente de CiU, no hay excusa que valga para escatimar a los ciudadanos el esperado cara a cara. Después de las elecciones, los demás partidos serán comparsas o monedas de cambio a la hora de los posibles.

Quedan cinco días hábiles. Si ahora, por lo que sea, no se lleva a cabo este cara a cara, ya aceptado por los dos protagonistas, y que TV3 ha ofrecido transmitir y Josep Cuní en moderar, será una auténtica estafa a la opinión pública.

Y si el candidato presidente Montilla ya ha renunciado a los dos debates que quería (catalán y castellano) y ha admitido que sea uno solo, ¿podría negarse Artur Mas, en un gesto de acercamiento, y también de ampliación del audiencia ciudadana, que sea bilingüe, según aconseje la temática?