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Balance general de las elecciones catalanas

En mitad de la campaña, el hombre a batir es Mas, por encima de Montilla

En mitad de la campaña, el hombre a batir es Mas, por encima de Montilla


· El líder de CiU encabeza el 'ranking' de los ataques recibidos y encuestas a su favor
· Montilla se refuerza gracias a ZP; Carod persiste; Piqué y Saura tienen la 'llave'

Los candidatos a la Generalitat llegan al ecuador de la campaña con Artur Masextravagantes. Por otro lado, encabezando las encuestas y los ataques del resto de partidos por su estilo y por sus propuestas Montilla recibió el espaldarazo de Zapatero, Carod persiste en la equidistancia, Piqué intenta mantenerse y Saura se convierte en la 'llave' para el futuro.
CiU ha decidido arriesgar y ha sido la protagonista indiscutible con el polémico DVD y la propuesta de carné por puntos para inmigrantes, que ha recibido la denuncia unánime del resto tanto en actos de campaña como en el debate de TV3. Al otro lado, PSC, ERC e ICV-EUiA volvieron a unirse para defender el trabajo del Gobierno tripartito de los ataques de Mas.

La confianza de CiU en sus posibilidades de llegar al Gobierno se ha reflejado en los actos de esta primera mitad de campaña, en la que un exultante Artur Mas se ha mostrado más desenfadado y sarcástico que nunca Desde el primer mitin en tierras socialistas (Cornellà).

CiU: arriesgar para evitar el tripartito

CiU ha desplegado en esta campaña toda su capacidad organizativa y sus mejores recursos materiales para que no fallara el mínimo detalle. Mas se ha encontrado en sus mítines a un público entregado, dispuesto a aplaudir a la mínima alusión irónica al tripartito e incluso ante las imágenes del DVD 'Confidencial Cat' que se proyectaban al inicio de cada acto.

Y es que el candidato convergente tiene en esta campaña un "enemigo" bien identificado que no es un partido rival sino tres. Tras dirigir sus dardos especialmente hacia Montilla -como líder del tripartito más que del PSC-, Mas ha insistido estos días en llamar al "voto masivo a CiU" para evitar que el tripartito vuelva a sumar mayoría, convencido de que esa es prácticamente su única baza para llegar al Gobierno de la Generalitat.

Pero han sido las propuestas electorales y las innovaciones de marketing político -como el DVD o la firma ante notario- que CiU ha introducido en esta primera mitad de campaña lo que más ha dado que hablar y lo que ha marcado incluso al agenda del resto de partidos, centrados en criticar las ocurrencias de la federación nacionalista.

PSC: Carta blanca de Zapatero para negociar

Por el contrario, en el PSC se ha apostado por una campaña sosegada, sin estridencias y cómoda para el candidato, José Montilla, que aguanta día tras día a teloneros que van pregonando que el presidenciable socialista "no es la alegría de la huerta". Los socialistas han introducido en campaña un nuevo formato de mítines-coloquio en los que Montilla se desenvuelve con algo más de soltura usando regularmente el castellano y el catalán y reservan el formato tradicional para las visitas estelares de José Luis Rodríguez Zapatero.

El presidente del Gobierno será la gran baza del PSC en la segunda semana de la campaña en la que esperan recuperar posiciones en las encuestas para equilibrar la contienda Mas-Montilla. El espaldarazo de Zapatero en Lleida dando carta blanca a Montilla en la política de pactos refuerza la imagen del candidato, que superó la prueba del debate de TV3 pese a los malos augurios que se lanzaban sobre él.

De momento, Montilla ha hecho su propio camino eludiendo los ataques de CiU y presentándose como alternativa a un gobierno de derechas y un frente nacionalista que podría conllevar la división entre los catalanes. El objetivo de Montilla es movilizar a todo el electorado progresista como única vía para poder formar un gobierno "con las menos hipotecas posibles" y siempre elude pronunciarse sobre pactos postelectorales, aunque esta semana admitió que "respiraría tranquilo" si no necesitara a ERC.

Montilla saca provecho de su seriedad y la contrapone a la "falta de credibilidad" del candidato nacionalista. Las propuestas de CiU en las antípodas del PSC, se presentan, formalmente como un impedimento para la 'sociovergencia', rechazada en público por ambas formaciones..


ERC: Sin perder la equidistancia

Ajena al enfrentamiento CiU-PSC, ERC llega a la mitad de la campaña con los ánimos recuperados tras un mitin multitudinario en Girona que compensa el fracaso de asistencia a un acto en Figueres (Girona) y la falta de público en Tarragona. Esta campaña no es apoteósica para ERC, como sí ocurrió en el ciclo electoral de 2003.

Carod sigue equidistante pero asegura que no estará en un gobierno decidido "en Madrid". En los mítines, reparte críticas entre socialistas y convergentes, subraya su intención de no "insultar", en contraste "con CiU", y reta a José Montilla a demostrar su "catalanidad" con un grupo propio del PSC en el Congreso. La unidad de los partidos catalanes en las Cortes es su demanda recurrente.

Intentando buscar su propio espacio, Carod no acepta preguntas ajenas al programa electoral de ERC, y persiste en desmarcarse de las encuestas, pero sí se atreve a aspirar a 25 escaños -dos más que ahora-. Su discurso se completa insistiendo en que no es imprescindible ser independentista para votar a ERC, sino sentir a Catalunya. Lo recalcó cuando una quincena de jóvenes le recibió en la UB al grito de 'Carod, cabrón: España es tu nación'.


PP: En busca de la moderación

En el PP, el candidato Josep Piqué intenta transmitir un mensaje de "moderación", frente a las consecuencias "nefastas" del tripartito. El candidato popular ha cargado duramente contra el líder de CiU por su visita al notario para reafirmar la negativa a pactar con el PP e incluso ha amenazado a los nacionalistas con votar en contra de Mas en una investidura para intentar ponerlos contra las cuerdas.

Piqué reconoce que para intentar mantener sus 15 escaños en el Parlament requerirá del apoyo de parte del electorado socialista que "compatibiliza los sentimientos de ser español y catalán" y que "no cree en las derivas nacionalistas" del PSC. Los populares han planteado estas elecciones como primarias de las generales, por lo que Rajoy ha asumido un papel protagonista en campaña para movilizar a los catalanes que votan al PP en las generales, pero que se quedan en casa cuando hay elecciones autonómicas.

Los populares también están siendo blanco de actos de protesta, pintadas y destrozos en sedes y vehículos de campaña tanto en Tarragona, como en Lleida y Girona, pero están decididos a que ello no les perjudique, sino al contrario, les permita apelar a la libertad.


ICV-EUiA: reeditar el tripartito

Por su parte, ICV-EUiA se ha perfilado en la primera semana de campaña como el gran valedor de la reedición del tripartito, comenzando por su lema 'Govern d'esquerres'. El discurso de Joan Saura reitera una y otra vez el ataque al programa "neoliberal" de CiU y la apuesta por otro gobierno catalanista de izquierdas, cuya obra defienden aunque con matices.

Todas las encuestas indican que la coalición es el único partido que tiene garantizado un aumento de votos, lo que se traduce en una campaña tranquila y, según el candidato de la formación, Joan Saura, "optimista", aunque con la mirada puesta en la "ambigüedad" que muestran sus recientes socios en la Generalitat, ERC y PSC, cuando les pide que se pronuncien a favor de repetir la alianza de izquierdas.

Los ecosocialistas están realizando una campaña de pequeños aforos. Entre los mitins más contundentes, los de Tarragona y Girona, donde Saura cargó con fuerza contra el candidato de CiU, Artur Mas, y contra propuestas como el carné por puntos para inmigrantes, que tachó de "barbaridad descomunal". Los ecosocialistas tampoco se han librado de la polémica por la campaña de las juventudes del partido que invitaba a "follarse a la derecha" provocó una crisis que se saldó con la retirada del eslogan, que Saura aseguró desconocer.

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