Zapatero, crítico con Salgado: no fue un error tipográfico del BOE, sino una rectificación

El lío en el Gobierno es tan monumental que ya no sólo se rectifican los decretos que aparecen en el BOE, sino que el propio presidente tiene que rectificar a su vicepresidenta segunda. Hace dos días, el BOE publicó un decreto para impedir que los ayuntamientos adquieran más deuda a largo plazo. La fecha era la del día de su publicación -es decir, que a partir de esa fecha no podrían suscribir más deuda-. Después de incontables e incontenibles presiones de los alcaldes de su propio partido y de todo el espectro político, el Gobierno rectificó y fijó la fecha en enero de 2011, dando un respiro de siete meses a las corporaciones locales.

         La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, claramente desautorizada, salió al paso señalando que lo reflejado en el Boletín Oficial del Estado había sido un "error", una 'errata' de imprenta, vamos. Pero era evidente que no era así, como ha quedado de manifiesto con unas declaraciones del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en los pasillos del Congreso, después de su habitual rifirrafe de los miércoles con el líder de la oposición, Mariano Rajoy.

         Preguntado al respecto por un corrillo periodístico, Zapatero dijo lo siguiente: "Sólo cuando se gobierna hay que rectificar, y cuando se toman decisiones, y en un decreto que tiene una amplia complejidad, que haya un cambio en una fecha, me parece que es perfectamente comprensible cuando se toman tantas decisiones. Quien no las toma es quien no tiene que rectificar nunca. Nosotros asumimos que rectificamos, un principio que creo que está bien para gobernar".

         Ha quedado clarísimo que el Gobierno 'rectificó' su medida después de recibir múltiples presiones de sus propios alcaldes, entre otros las de Pedro Castro, primer edil de Getafe y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Una 'victoria' que en parte se debe también a la presión ejercida por el vicepresidente tercero, Manuel Chaves; presiones que obligaron a Salgado a ceder. No fue, pues, una 'errata de imprenta', sino una rectificación como la copa de un pino. Lo ha dicho el presidente.




- Las opiniones sobre el momento de Zapatero:

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