La supuesta calma que pueda lograr el martes el presidente del PP,
Mariano Rajoy, en el Comité Ejecutivo Nacional podría verse enturbiada por el sector de los 'aguirristas' madrileños, que al menos ahora podrían tener cortada en su bandeja la cabeza que pedían, la del vicealcalde de Madrid,
Manuel Cobo, quien parece que correrá la misma suerte que
Ricardo Costa en Valencia, apartado de militancia.
El número dos de
Ruiz-Gallardón está citado ante el Comité de Derechos y Garantías del PP nacional el próximo miércoles, 4 de noviembre, para que haga las oportunas alegaciones a las duras declaraciones que realizó en el diario de Prisa contra Aguirre. Según se ha filtrado este viernes, el 'aparato' de Génova le apartará de militancia para que Rajoy pueda demostrar su autoridad. Ya dio una primera muestra el jueves fulminando al valenciano Ricardo Costa.
El lío en Génova
Ahora bien, dentro de este galimatías, ¿qué papel ha comenzado a jugar el ex presidente
José María Aznar en la actual crisis del PP? ¿Qué función está desarrollando la estructura territorial de la FAES en las provincias? ¿Hay firmado algún acuerdo entre
Rajoy y
Ruiz-Gallardón para la Secretaría General del PP para un futuro próximo? ¿Qué 'barones' y 'baronías' permanecen aún fieles al líder del PP? Son la grandes preguntas que corren de escaño en escaño, de dirigente popular a dirigente popular en estos días revueltos para Mariano Rajoy.
Hace algunas semanas ya circularon rumores de que había dirigentes que estaban ‘removiendo’ los cimientos de la sede de la calle Génova para hacer tambalear de nuevo la silla a Mariano Rajoy. Ahora estos rumores podrían convertirse en realidad ante la reunión del Comité Ejecutivo que ha convocado el presidente del PP para el próximo martes, en la que no se descarta que haya quien abra el debate sobre la necesidad de convocar un Congreso extraordinario en el que se dirima el futuro del partido.
Las declaraciones tanto de
José María Aznar -que ha intervenido 'oportunamente' en el debate-, como de
Juan Costa van por ese camino. El hermano del defenestrado secretario general del los populares valencianos,
Ricardo Costa, que ya amagó con presentar una candidatura alternativa a la de Rajoy en el Congreso de Valencia, ha cuestionado de nuevo su capacidad de liderazgo y ha dejado claro que el líder del PP “tiene que demostrar que es una alternativa real de gobierno”. Aunque los marianistas no dan demasiada trascendencia a las maniobras que pueda realizar el ex ministro de Aznar, ven en sus palabras una llamada ‘a la rebelón interna’. Pero, ¿cuántos diputados del Grupo Parlamentario Popular estarían detrás de este conato de rebelión?
Ante la difícil encrucijada que le espera al líder nacional y las señales de peligro que ha recibido algunos de los barones que antaño le apoyaron, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, se dedicará este fin de semana a sondear cómo están los ánimos en las diferentes comunidades de cara a la reunión del martes. La número dos de Rajoy sabe la importancia que tiene ese ‘conclave’, ya que podría ser la última oportunidad para Rajoy de demostrar que es capaz de llevar con mano firme las riendas del partido ante las críticas internas que han vuelto a surgir.
Además del líder murciano, tanto el andaluz
Javier Arenas, como el gallego
Núnez Feijóo son aliados firmes de Rajoy. En Cataluña también cuenta con el apoyo de
Alicia Sánchez Camacho. Y en Valencia
Francisco Camps -de momento- no tiene más remedio que escenificarle fidelidad ya que su futuro pende de un hilo pese a las reiteradas muestras de respaldo que le ha dado Rajoy en público.
Preocupación entre los barones y los diputados
Lo cierto es los trepidantes acontecimientos que van surgiendo sin tregua por doquier- caso Costa que ha culminado con su expulsión cautelar, la pelea en Caja Madrid, las provocativas declaraciones de
Manuel Cobo, etc.…- están provocando una gran preocupación no sólo entre los barones del partido, sino en el seno del Grupo Parlamentario, en donde se comprueba que el trabajo queda eclipsado por la permanente bronca interna.
Pero en Génova las verdaderas alarmas han saltado ante la ‘amenaza’ del presidente de Castilla- León,
Juan Vicente Herrera -que siempre ha sido uno de los barones que han apoyado a Rajoy y cuya Comunidad se ve ahora salpicada también por el caso Gürtel-, de no volver a presentarse a las elecciones en 2011 ante el hartazgo del espectáculo que se está dando en Madrid y Valencia.
La realidad es que son muchos los dirigentes regionales y provinciales que, con razón, temen que todos esos escándalos les puedan pasar factura en las autonómicas y municipales por lo que están apremiando a la dirección nacional a que corte cuanto antes la grave crisis interna y llame al orden a quien tenga que llamar.
Cambio de estrategia
Precisamente este amago de plante de Herrera ha provocado el cambio de estrategia en Génova. Al día siguiente del mensaje lanzado por el castellano-leonés, Rajoy viajó a Murcia, donde, ante la Junta Directiva regional, reconoció por primera vez sin tapujos los dos problemas que tiene ahora el PP encima de la mesa: la corrupción del 'caso Gürtel' y el conflicto en Caja Madrid.
En Murcia fue donde Rajoy avanzó que se le ha “acabado la paciencia” y donde anunció que el martes convocará al Comité Ejecutivo para atajar definitivamente los problemas y pedir ‘cordura y unidad’ a todos sus dirigentes.
La única “alegría” que tuvo Rajoy ese día fue la confirmación de Ramón Luis Valcárcel -otro de sus valedores en el Congreso de Valencia- de que él si piensa repetir como candidato autonómico. Al inicio de esta legislatura había anunciado que se retiraba.
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