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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es un ejemplo de capacidad académica y nivel científico, que “ha fomentado en la sociedad mexicana y en la de muchos otros países iberoamericanos el culto a la justicia, a la tolerancia y a la democracia. Es mucho más que una universidad”, señaló el heredero de la corona española Felipe de Borbón, al entregar el Premio Príncipe de Asturias a la máxima casa de estudios de México.
En la ceremonia realizada en el teatro Campoamor, de Oviedo, España, el Príncipe de Asturias dijo que estos valores “han impregnado profundamente la obra de los mejores intelectuales, profesores y artistas salidos de sus aulas y representan lo más granado del pensamiento iberoamericano”.
Además, recordó que nunca se podrá olvidar la enorme generosidad de la UNAM con muchos de nuestros compatriotas, mujeres y hombres que, tras la Guerra Civil, se vieron obligados a exiliarse en México en condiciones difíciles y amargas.
“Les ofreció sus aulas, sus publicaciones, sus institutos de investigación y toda clase de ayudas que contribuyeron a que estos españoles del éxodo y el llanto, como los llamó uno de ellos, pudieran rehacer sus vidas con dignidad e incluso aportar no poco prestigio y brillo académico a la propia Universidad”, añadió.
El príncipe Felipe de Asturias, quien estuvo acompañado de su esposa Letizia, enfatizó que la UNAM, “el alma de México”, es mucho más que una universidad en el sentido tradicional.
“Ha extendido su labor ejemplar más allá de las aulas y ha creado una amplia red de instituciones culturales y medios de comunicación para difundir los valores del espíritu universitario más profundo, es decir la pasión por el conocimiento y el amor a la enseñanza en libertad”, anotó.
En la ceremonia, en la que también estuvo la reina Sofía de España como en todas las ediciones de la entrega de los premios Príncipe de Asturias, dedicó palabras a los ocho galardonados.
Fue una fiesta donde concurrieron los ciudadanos, los tambores y el sonido típico de las gaitas asturianas que acompañaron a los distinguidos de este 2009 hasta el Teatro Campoamor, donde en una ceremonia solemne recogieron la prestigiosa distinción.
NARRO ROBLES. El rector de la UNAM, José Narro, luego de recibir el premio, pidió aprovechar estos tiempos de crispación y de crisis financiera para establecer nuevos esquemas de desarrollo que permitan a los jóvenes recuperar la esperanza en un futuro más alentador.
“Aprovechamos la oportunidad que nos ofrece el fracaso del sistema financiero para proponer nuevos esquemas de desarrollo”, aseguró Narro. “El gran reto consiste en alcanzar un progreso donde lo humano y lo social sean lo importante”.
“A algunos les puede parecer que hablar de valores o de humanismo es asunto del pasado, del Renacimiento o del siglo XIX. Se equivocan. También lo es de ahora y del futuro”, sostuvo.
“Frente al éxito quimérico, el egoísmo, la corrupción o la indiferencia, el mejor antídoto son los valores laicos de ayer y siempre”, subrayó Narro.
El rector apuntó que la crisis que enfrenta la población mundial requiere de una revisión a fondo de los valores que se transmiten a los jóvenes.
“Se debe hacer, en virtud de que la desigualdad y el rezago afectan en el mundo a miles de millones de personas. La modernidad debe traducirse en mejores condiciones para los excluidos de siempre. El verdadero saber no es neutro, debe estar impregnado de compromiso social’, enfatizó.
Aseguró que el premio que se otorga a la UNAM es una gran motivación para reafirmar su compromiso con la educación y las causas de la sociedad.
“Para el ser humano el conocimiento ha sido importante, pero ahora es fundamental. No hay campo de la vida en que no influya el saber”, sostuvo.
En ese contexto, Narro manifestó su preocupación por el desinterés de algunos en la materia, que en muchos sitios no sea una prioridad o que se escamoteen los recursos para la generación y transmisión del saber.
“Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a la maquila, a la medianía en su desarrollo”, subrayó.
El rector de la UNAM reivindicó el derecho a la educación, ya que es la vía de la superación humana, individual y colectiva.
Afirmó que duele que en el mundo de hoy, con sus grandes desarrollos, vivan cerca de 900 millones de personas que no saben ni siquiera leer y escribir.
Narro Robles finalizó su discurso con el lema universitario: Por mi raza, hablará el espíritu; y una gran ovación junto al “goya” retumbaron en el teatro.
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