El ministro de Exteriores 'de facto' de Honduras,
Carlos López, no cree que España vaya a asumir "el riesgo" de mandar de vuelta a Tegucigalpa al embajador
Ignacio Rupérez, y recordó que su país "tiene la potestad" de impedir el regreso a Honduras "de quien considere oportuno".
El Ejecutivo 'de facto' que gobierna Honduras desde el Golpe de Estado del pasado 28 de junio advirtió el domingo en un comunicado que no permitiría la vuelta a Honduras de los embajadores de España, México, Argentina y Venezuela si dichos países no proponen antes el restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Los Gobiernos de estos países, como parte de las medidas adoptadas por la comunidad internacional para aislar al gobierno presidido por
Roberto Micheletti, ordenaron a sus embajadores que abandonasen Tegucigalpa poco después del golpe de Estado.
El canciller de Micheletti insistió en que fueron los gobiernos de España, México, Argentina y Venezuela los que decidieron romper relaciones de forma unilateral, por lo que no permitirá entrada de sus representantes diplomáticos hasta que propongan la reanudación de las relaciones.
Lula no cumplirá con ningún ultimátum
Por su parte, el presidente brasileño,
Luiz da Silva, afirmó este domingo que su país no cumplirá con las exigencias del gobierno 'de facto', que le dio un ultimátum para que defina en 10 días el estatus de
Zelaya, refugiado en la Embajada brasileña en Tegucigalpa desde el lunes.
Desde Porlamar, en la isla de Margarita, en Venezuela, donde asiste a la II Cumbre América del Sur-África (ASA), Lula dijo en declaraciones a los medios de comunicación que el derecho internacional protege a la Embajada de Brasil.
Por último, Lula exigió a Micheletti una disculpa formal por el asedio de la sede diplomática y por sus demandas.
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