Leo en un periódico digital que la noticia más visitada no es que a Garzón le 'entrulle' el Supremo, ni que Bibiana Aído, (licenciada en cagaditas de mosca), sostenga que una interrupción del embarazo es comparable con “operarse las tetas”. Tampoco se lee con interés que haya campaña electoral, un duelo irrelevante entre un candidato crudo y Papá Noel. No, ni mucho menos. La noticia más vista es que Nacho Vidal se operó del miembro viral, perdón quise decir viril.
Es tan famoso el caballero que no aclaran de quién se trata pero la sonrisa nos lleva al actor porno, ese que tiene una tranca que no cabe por una alcantarilla. Tampoco aclaran si se quitó entusiasmo o si se puso un mando a distancia universal con cinco velocidades para rodar pelis y para batir la mayonesa. Esta sociedad es la del aprovechar todos los aparatos para tener menos trastos encima.
Prueba de la flojera intelectual que nos inunda es que a muchos les interesa más la garrota carnal de este sujeto que saber cuáles son las propuestas para Europa. La crisis también tiene su repercusión intelectual, los virus no sólo son de esta gripe del pollo en versión porky.
Nos interesan las cosas de comer, las divertidas y las picantonas. “Vaya la que nos ha caído” decía Trinidad Jiménez, resignada a comerse el marrón de la píldora postcoital y el asunto de las tropas acuarteladas y asediadas por sus propios mocos verdes, del mismo color que los brotes que Zapatero ve de lejos.
Este “barbarismo” de la entrepierna es lo que se lleva.
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