JAKE WALLIS SIMONS IN CARACAS, VENEZUELA, FOR MAILONLINE
El sádico jefe de una de las bandas más temidas de secuestradores de Venezuela ha revelado con desgarradores detalles cómo acecha y se apodera de sus víctimas, mata a los que no pagan el rescate - y tiene una red de funcionarios corruptos incrustados en la policía.
En una escalofriante entrevista en los barrios pobres sin ley del oeste de Caracas, realizada a punta de pistola, el jefe de los secuestros contó que no tiene "ningún remordimiento" sobre su reino de terror en la ciudad en crisis.
"Si después de una semana no han pagado", dijo 'cavamos un hoyo de dos metros y le disparamos en la cara con una escopeta para que nadie sea capaz de identificar el cuerpo. Se quedan en la lista de personas desaparecidas para siempre. En esta ciudad, yo estoy a cargo '.
Las tasas de secuestros en el país socialista se han disparado desde que la caída de los precios del petróleo causaron escasez de alimentos y disturbios. La policía está luchando para hacer frente a la ola de crímenes, lo que ha llevado al país al borde del desastre.
Caracas, llamada "la ciudad más peligrosa de la tierra ', tiene la tasa de homicidios más alta del mundo, con 3.946 asesinatos el año pasado en una ciudad de casi 3,3 millones de personas. De acuerdo con cifras de la policía, el 85 por ciento de las muertes en la ciudad son violentas.
La policía admite abiertamente que no puede hacerle frente. Durante una patrulla en moto a través de uno de los más peligrosos “callejones del secuestro” del país, Santiago Rosas, director de la policía municipal de El Hatillo, dijo a MailOnline que la policía ahora 'sólo es capaz de proteger al nueve por ciento de la población.”
El jefe de los secuestros de 23 años de edad hizo alardes repugnantes sobre su capacidad para manejar a su banda alrededor de la policía, aprovechando una nación que ahora es tan pobre que las personas rebuscan en los vertederos para alimentarse. Sentado en la sombra, con el rostro cubierto por una máscara, dijo: 'no tengo remordimientos, porque la gente que secuestramos tiene un montón de dinero.
"Por lo general, se obtiene un chivatazo de alguien con un resentimiento, que nos dice que alguien que conoce tiene dinero y cuáles son sus movimientos.
'Conocemos a una gran cantidad de guardaespaldas privados, y cuando sienten que no se les paga lo suficiente, nos dan la información que necesitamos para secuestrar a su rico empleador, y les damos una parte. "
Es posible que el "jefe" estuviera exagerando sus actividades. Pero Santiago Rosas, director de la policía municipal de El Hatillo, dijo que el énfasis de la banda en la inteligencia y su capacidad de mantener a las víctimas por largos períodos de tiempo indica que es "una de las más grandes bandas del crimen en Caracas.
La gran mayoría de los secuestros se llevan a cabo por operadores de poca monta, dijo. Estos secuestros oportunistas no duran más de 24 horas, por lo que se conocen como secuestros “express”.
«Las declaraciones del “jefe” de tener 300 miembros en la banda' están probablemente infladas, dijo el oficial - pero" incluso si sólo tiene 150, es el tamaño de una fuerza de policía municipal '.
La situación es tan grave que la policía ahora sólo es capaz de proteger al nueve por ciento de la población, dijo Rosas. De acuerdo con cifras de la policía, el 85 por ciento de todas las muertes en la ciudad se deben a la violencia, y hubo 5.000 homicidios en la capital el año pasado.
Los precios de los rescates se han disparado desde el comienzo del colapso económico, en un país donde el salario promedio es de £ 14 al mes. El primer secuestro de la banda, realizado hace cinco años, les proporcionó un rescate de 117 £. En estos días, cobran al menos 11.700 £.
La banda, que ha sido descrita como "los reyes de la ciudad ', al parecer tiene informantes de todos los ámbitos de la vida, incluso en el ejército y la policía. Según Transparencia Internacional, Venezuela es el noveno país más corrupto del mundo.
"Hay mucha competencia en el negocio del secuestro. Una gran cantidad de policías también lo hacen ", dijo el jefe de la banda. "Hay dos tipos de policías. Los hay más listos que saben que tenernos a nosotros como enemigos no es inteligente, y los hay estúpidos que reciben granadas a través de sus ventanas.
"Los inteligentes nos dan armas de alta velocidad, balas, chalecos antibalas. Tenemos gente que trabaja para nosotros en la policía municipal, policía nacional y el ejército, y se aseguran de que estamos bien equipados.
'Nuestro armamento es mucho mejor que el de la policía. Tenemos cuatro casas en esta zona que son arsenales de nuestras armas y explosivos. A medida que se acercaba su coche, tenía francotiradores apuntándole a usted '.
Esto suena tristemente familiar para la policía de El Hatillo, donde 41 oficiales han sido suspendidos a lo largo de dos años en una ofensiva contra la corrupción, y encontrados culpables de secuestro, robo y homicidio.
'La situación es exactamente como él ha dicho, sin duda, "dijo Rosas. "Tienen las mejores armas. Esperamos no tener demasiados policías "inteligentes" en nuestro municipio, pero es peligroso ser un policía honesto '.
Hace dos años, una auditoría del arsenal de El Hatillo encontró que 20 pistolas y 1.000 balas estaban en paradero desconocido, y se supone que habrían sido pasados a los criminales.
Como muestra de lo mal que están las cosas, el año pasado, cuando una mujer llamó a la policía después de ver su puerta delantera abierta, los seis oficiales que acudieron a la escena le robaron la casa ellos mismos.
La policía tiene el trabajo más peligroso en Venezuela, lo que hace difícil el reclutamiento. Los oficiales cobran sólo 11 £ al mes, lo que significa que se ven obligados a vivir lado a lado con sus enemigos en los mismos barrios pobres que están infestados de bandas criminales.
En el mundo del hampa, se dice que matar a un policía es un pre-requisito para el ascenso a una posición de más alto nivel en las bandas del hampa. En 2015, 173 oficiales de policía fueron asesinados en la capital. Este año, 64 han muerto hasta el momento, marcando un aumento relativo del 14 por ciento desde que empezó la crisis económica.
El año pasado, uno de los oficiales El Hatillo fue emboscado en su casa. Le dispararon 14 veces en la cara y 12 veces en el cuerpo, en presencia de su esposa y dos niños pequeños.
El crimen se entrelaza con la vida ordinaria en Caracas, donde el peligro se esconde debajo de la superficie. Cuando MailOnline entrevistaba al jefe de la banda mientras le apuntaban con una pistola, afuera en la calle la gente iba a lo suyo y los niños estaban jugando junto a las casas de colores luminosos de los barrios marginales.
Según afirmó el jefe de los secuestradores, en promedio su banda mata a “varias personas” al mes, y lleva a cabo “operaciones semanales” de secuestro. No hacen ninguna distinción entre hombres, mujeres o personas mayores cuando se trata de secuestros, según él, e incluso se secuestran niños si hay suficiente dinero de por medio. Estaban investigando un secuestro que podría producir 23.500 £, agregó.
"El jueves pasado secuestramos a una directora porque uno de sus estudiantes nos dijo que tenía una gran cantidad de dinero", dijo. 'Pedimos un rescate de 12.000 £ y su familia pagó en un plazo de siete horas. Fue muy bien, y fue un buen negocio '.
El secuestro, dijo, se había llevado a cabo cerca del hotel de MailOnline en el distrito financiero de Caracas.
La banda también afirma dirigir un floreciente negocio de tráfico de drogas. 'A veces matamos a las víctimas si nos hacen enojar, "se jactó, en otra diatriba repugnante. "Una vez maté a alguien porque rogó demasiado por su vida. Él no tenía ningún valor, así que le disparé.
Incluso afirmó haber matado a 20 personas con sus propias manos, pero presumía de haber ordenado la ejecución de 'cientos' más.
El llamado jefe pasó a describir en inquietante detalle cómo se llevan a cabo los secuestros.
El equipo de 'observadores' de la banda vagabundea de forma anónima en la calle y pasa semanas recogiendo información acerca de una persona rica que sigue una rutina diaria fija, dijo. A continuación, un equipo de cuatro personas rastrea el coche de la víctima, que va delante de ellos en lugar de detrás. 'Ya sabemos exactamente cuál va a ser su ruta", explicó.
Cuando las calles están relativamente vacías, se detienen delante del coche de la víctima y los meten en su propio vehículo. El coche vacío es por lo general abandonado.
'Cuando los traemos aquí a nuestro lugar en los barrios pobres, los tratamos del mismo modo que le trataron a usted hoy"dijo. "Les obligamos a mantener su cabeza hacia abajo, les registramos y hacemos que se sienten en sillas de metal.
'Nuestras caras están siempre cubiertas. Si se resisten, les disparamos en las piernas.
'Nosotros no nos molestamos en torturarlos o cortarles una oreja y enviarla a la familia, como se ve en las películas. Si no pagan o no cooperan, sólo los matamos '.
Muchos de los miembros de la banda están en la adolescencia, y algunos son tan jóvenes como de 10 años.
A medida que gradualmente se vuelven más influyentes, los criminales están envalentonados por lo que la frustrada policía llama 'impunidad'. Entre el 92 y el 97 por ciento de los sospechosos detenidos con pruebas 'pistola humeante' son liberados por un sistema de justicia plagado de corrupción y amiguismo, dijo Rosas.
'Esta es la justicia venezolana ", dijo. "Es uno de los problemas más grandes y más profundos que tenemos."
Estas frustraciones se sienten personalmente por los policías en primera línea del frente. En abril, sus hombres detuvieron a un gángster motorizado que había disparado a muerte a alguien en el distrito. Menos de dos meses más tarde, después de pagar un soborno, el sospechoso fue puesto en libertad.
Para empeorar las cosas, las prisiones de Venezuela están a cargo de los propios internos, con las autoridades simplemente conteniéndoles en su interior. Están llenas de armas y drogas, y actúan como incubadoras para la violencia.
Con un arma por cada dos personas, Venezuela es el país con más en armas en la Tierra. Y la gran mayoría de las armas de fuego han sido entregadas a los civiles - ya sea oficialmente o no - por las autoridades.
Hugo Chávez, el icónico mandatario venezolano que murió en 2013, creó cientos de milicias civiles armadas, ordenando a salir a las calles y defender su ideología socialista en tiempos de crisis. Esto hizo que la posesión de armas esté extendida en el país, y contribuyó a la tasa de homicidios en alza.
El departamento de policía de Rosas se encuentra en una zona de Caracas a cargo de políticos de la oposición, lo que le permite hablar con libertad. Sin embargo, dijo que el gobierno está tratando cada vez de traer fuerzas policiales independientes bajo su control.
Él cree que el gobierno es en gran parte el culpable de la crisis de seguridad de Venezuela.
En 2014, señaló Rosas, las autoridades trataron de aliviar la fricción entre la policía y los delincuentes, al declarar "zonas de paz" en todo el país – en las que a la policía no se le permitía entrar. Después de eso, las bandas locales se aliaron en "mega-bandas 'y tomaron el control completo de áreas que van desde unos pocos bloques al tamaño de una ciudad pequeña.
Sólo en Caracas, hay cuatro "zonas de paz" que abarcan seis millas cuadradas. Se permite la entrada a los oficiales de policía sólo para recoger cuerpos.
"Era obvio que iba a pasar", dijo a MailOnline. "Fue una decisión loca en un país de decisiones locas '.
El crimen es tan común en Venezuela que muchos niños son absorbidos a una edad temprana. El propio jefe dijo que empezó a vender drogas en la calle y robando a la edad de 13 años, después de haber sido 'maltratado' en casa.
Se graduó con el robo de vehículos, robo a mano armada y asesinato, antes de utilizar el dinero que había ganado para reclutar a otros matones y comenzar su propia banda.
Su primer asesinato, según él, fue un hombre que trató de impeder que robara en una tienda. 'Le disparé en el estómago con un revólver calibre 38 y más tarde me enteré de que había muerto ", dijo. "Me sentí enojado con él y con miedo de la policía, pero sabía que se lo merecía. Él era más grande que yo, no debería haber tratado de detenerme '.
En estos días, dijo, se hace poco esfuerzo para "limpiar" la escena del crimen porque sabe que la policía no lo va a investigar de todos modos.
"Me hace sentir muy bien. Soy poderoso, soy mejor que las otras personas que trabajan para £ 14 al mes ", dijo. "Me he ganado el respeto por ser inteligente y ser brutal. Si alguien se me cruza los mato delante de todos, para que sepan que en esta ciudad, yo estoy a cargo. "
ZONA DE PELIGRO: PATRULLANDO EN CARACAS CON POLICIAS MOTORIZADOS
Cuando nos unimos a un equipo de policía en motocicletas en el barrio Oripoto en Central Madeirense, Caracas, la escasez era evidente en todas partes.
Una fila de coches de policía muy dañados, con cicatrices de granadas y agujeros de bala estaba fuera de la estación. Sólo cinco de los 11 vehículos de la policía estaban funcionando ya que no había "ningún dinero para reparar los daños".
No había agua corriente en los baños, y gran parte de los muebles había sido improvisada a partir de planchas y cajas.
Los oficiales en la patrulla estaban armados con pistolas, y uno empuñaba una escopeta. Pero no había ni rastro de las armas de alta velocidad o granadas que son utilizadas por los delincuentes.
Una vez en la patrulla, el peligro era también evidente. Aunque las calles parecían tranquilas, los agentes procedieron a través de la barriada Oripoto manejando con una sola mano y el arma en la otra mano. Tres asesinatos habían tenido lugar allí en las últimas dos semanas.
Nos apresuramos a través de los estrechos callejones del barrio, deteniendo regularmente a jóvenes apuntándoles con las pistolas. A la entrada de la Avenida Tamanaco, apodado 'el corredor de la muerte', la policía estableció un puesto de control, obligando a todos los varones de un autobús a que desembarcaran para ser cacheados.
La avenida es un objetivo prioritario para los secuestradores, ya que sus carreteras sinuosas y la proximidad a la autopista principal del país hacen que sea fácil esconderse y escapar. Cuatro secuestros habían sido reportados allí en los últimos tres meses, y muchos más no son denunciados.
"Es raro que agarremos a un secuestrador", dijo el sargento Luis Oliveros, de 35 años, que dirigía la patrulla. "Ellos saben nuestra frecuencia de radio y tienen suficiente poder para sobornar a nuestros oficiales. '
Si (
No(
