red.diariocritico.com

No todo vale

Por Pascual Hernández del Moral.
lunes 21 de marzo de 2016, 10:13h

Yo, gracias a Dios, soy un don Nadie; a nadie le importa lo que diga o escriba, amigo Venancio, y, por eso mismo, nadie perderá nunca un segundo en montar un dossier con mis artículos o “una escucha” de mi teléfono. Aparte de que el artefacto me gusta poco, sólo lo uso cuando alguien me llama, y, lo confieso, soy tan torpe que, cuando consigo conectarlo, mi interlocutor, como tú mismo, Venancio querido, se ha cansado de esperar y cuelga, corta o como quiera que se diga ahora. Y otras modalidades de uso del aparato, léase guasás, eseemeeses, envíos de mensajes por voz y otras modernidades no se han hecho para mí; todo lo que sea más complicado que enviar un correo electrónico, e-mail para los modernos, no lo alcanza mi corto entendimiento, como habrás podido comprobar.

Y dije “gracias a Dios” porque hoy, todo lo que digas privadamente puede ser violado y usado en tu contra, camarada Venancio. Hay medios de comunicación y particulares que se gastan lo que no tienen (léase dignidad y vergüenza) por hacerse con los contenidos de las comunicaciones de gentes importantes. Mira, como ejemplo último, la campaña que se ha desatado contra la reina, por unos eseemeeses enviados a un amigo suyo, Javier López Madrid; o los de Rajoy a Bárcenas; o los de… ¡tantos y tantos!

Pero no todo vale en los países occidentales y democráticos, camarada Venancio. Aquí debe existir un espacio de PRIVACIDAD al que no debería acceder cualquiera, se tengan esas capacidades técnicas o no. Yo tengo pleno derecho a que se respete lo que digo privadamente, y que no se difunda lo conseguido violando esa privacidad, y que no se use en mi contra. La ley protegía antes los correos postales, y eran castigados los que abrían cartas que no iban dirigidas a ellos. Tampoco se podían usar los datos obtenidos mediante la violación de esa privacidad. Ello no impedía que se hablara en los mentideros de lo que dijo Fulano o de lo que comentó Zutano, pero siempre como “rumor” que corría “por ahí”, y que nadie podía remitir a un testimonio determinado, sino que siempre era “anónimo”. Y hoy, los empresarios hasta pueden meterse en tus correos y mensajes enviados desde el ordenador de la empresa, y poner cámaras ocultas para controlar lo haces o dices…

Hoy, las técnicas de información, colega Venancio, son capaces de saber lo que quieres decir, antes de que lo digas, valga la exageración, Ya no hay espacio para la privacidad en ningún medio de comunicación, ni postal, ni telefónico, ni telemétrico, ni siquiera en los “vis a vis”, que cada día más raros entre los jóvenes de nuestros días, dicho sea de paso, porque prefieren hablar por teléfono entre ellos, aunque estén, por ejemplo, sentados en la misma mesa del mismo bar, que decirse cosas de viva voz y cara a cara ¡ingenuos!; observa, amigo Venancio, que cuando hablan entre sí, por ejemplo, los jugadores de futbol lo hacen poniéndose la mano delante de la boca, porque su privacidad es ninguna, ante los lectores de labios. Ya ni hablar privadamente se puede.

Lo digo porque, si has seguido las noticias recientes, camarada Venancio, Dilma Rousseff se ha puesto hecha un basilisco porque se han utilizado unas comunicaciones privadas entre ella y Lula, a propósito de lo que pretendía, que era nombrarlo ministro de la Presidencia, o jefe de gabinete, para librarlo del juicio por el asunto Lava-Jato. Y atacan ambos al juez SERGIO MORO por utilizar en contra de Lula unas grabaciones obtenidas ilegalmente. ¡Ingenuos! Si se hubiera aplicado la valoración de “ilegales” a las grabaciones conseguidas en este país llamado todavía España, la mitad de los granujas se habrían escapado, o al menos, no habrían sido objeto de mofa y befa en la sociedad. Así, aunque sean “ilegales” por la violación de la privacidad, han servido para dejar desnudos a muchos granujas. Por otro lado, Venancio amigo, la violación de la privacidad ha servido para, por ejemplo, saber que, al parecer, el único honrado de los diputados federales de Brasil es TIRIRICA, el payaso casi analfabeto que ganó las últimas elecciones, que parece que rechazó un unte de medio millón de reales para apoyar la creación de una comisión de investigación, cosa que los brasileños se preguntan si será o no verdad.

En fin, para no dispersarme mucho, querido Venancio, que a lo mejor lo que hay que hacer es modificar la legislación contra la violación de la privacidad, ya que es prácticamente imposible evitar que la quebranten cuantos tengan medios para ello, y que los pongan al servicio de los interesados política o socialmente en cambiar las cosas, o en machacar socialmente a quienes les convengan.

Este debía ser uno de los primeros proyectos de ley del nuevo gobierno, si alguna vez se consigue formar, porque al paso que vamos…

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)

+
0 comentarios