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¿Sabe alguien qué hora es?

Por Pascual Hernández del Moral.
miércoles 27 de enero de 2016, 14:18h

Varias veces he pedido, por favor, que el destino nos librara de nuevas elecciones. Se han hecho demasiadas, en todos los ámbitos, durante el año pasado, y comenzamos este 2016 con la más que fundada sospecha de que comenzaremos como acabamos: en las urnas. Los españolitos estamos ya hasta salva sea la parte de elecciones, y los políticos corren el riesgo de que los mandemos a todos a donde se fue la música de mi pueblo, o sea, a tomar por la retambufa, a que disfrutaran con el sexo anal.

¿Es que no pueden los políticos aparcar por un tiempo sus egoísmos, y ponerse de acuerdo para que se nombre un gobierno que, aunque sea para aguantar un añito, nos gobierne la casa? Aunque bien mirado, Andalucía y Cataluña aguantaron algunos meses sin gobierno ninguno, funcionando por inercia, y maldita la falta que hizo. Ahora esperamos que, también por inercia, España aguante los meses que sea necesario hasta que se designe nuevo gobierno. Ello nos permitirá afirmar que, como en Bélgica, el gobierno no hace falta para nada, que nos va mejor en manos de funcionarios.

Tras los cleptómanos de TODOS los partidos, incluidos los recién llegados, hemos de estar atentos para evitar en lo posible el acceso al poder de los advenedizos inexpertos de la oclocracia de PODEMOS, porque puede acabar en dictadura de uno u otro signo. Las formas de los nuevos políticos, poniendo entre la espada y la pared a los que quieren por socios, muestran la soberbia y el poco respeto que sienten por los demás.

Este fin de semana los comentarios de los tertulianos se han multiplicado, y han ofrecido análisis en todos los sentidos: que sí, que no, que ni sí ni no, sino todo lo contrario… ¿Sabe alguien qué hora es? Tras esconder la bola Rajoy como un trilero de Atocha, el PSOE ha perdido el norte y la guía: le hemos oído decir una cosa y su contraria. Ahora, parece que el rey no encargará al PSOE formar gobierno hasta el martes próximo, días después de que se haya celebrado la reunión de los mandamases del partido. Porque, si tras la reunión resulta que Sánchez no tiene autorización para firmar con PODEMOS, el Presidente de las Cortes firmará la disolución y la convocatoria de nuevas elecciones. Mientras, PODEMOS nos sorprendió con la formación de un gobierno apócrifo, con Iglesias Turrón al mando de la nave.

Parece que, en efecto, iremos a nuevas elecciones. Al señor Iglesias Turrón parece que es lo que le conviene porque espera merendarse a los socialistas en España, cosa que ya ha hecho en otras demarcaciones, en Madrid o Cataluña, por ejemplo, y con otro partido hermano, IU. Además, podrá poner orden, que falta hace, en sus huestes, diseminadas en soviets con nombres varios, que amenazan con ir por libre, por ejemplo, la Colau. Los socialistas están dando vueltas y más vueltas a moverse, valga el oxímoron, porque le tienen miedo a los de PODEMOS, y son capaces de aguantar carros y carretas antes que romper la baraja. Y el PP, ni aparece: visto lo visto, asumidos los continuos NO de los de Iglesias Posse, el auténtico, y aunque parece que mejoraría resultados, dicen aquello de “Virgencita, que me quede como estoy”, a pesar de que continúa saliendo basura por todos lados: véase la última de Valencia, de ahora mismo.

La desmembración de ESPAÑA debería ser un impedimento total para que Iglesias Turrón y Sánchez gobernaran. Y hay que tener en cuenta que la suma de los diputados obtenidos por ambos partidos no alcanza la mayoría de la cámara. Necesitarían, además de la abstención de Rivera, el apoyo de los nacionalistas de CiU o DiL o como se llamen ahora, de Izquierda Republicana de Cataluña, y del Partido Nacionalista Vaco, cuyo principal aliciente para participar en el juego es conseguir la independencia de todos, amén de las Mareas gallegas, que tienen el mismo objetivo. O sea, un carajal.

Mala orina tiene el enfermo. No hay ninguna solución que sea buena para ESPAÑA. Tiremos por donde tiremos, nos pilla el toro. Y no podemos echarle la culpa a nadie: hemos sido nosotros los que hemos depositado nuestro voto en la urna, y de ella ha salido lo que hemos echado. Y parece que la elección se ha hecho con premeditación y alevosía, porque llevamos más de un año machacados con propaganda electoral. Así que, de desconocimiento, nada de nada.

A ver por dónde sale esto. Pero pidámosle a todos los políticos que tengan misericordia (ahora que el papa Francisco la ha puesto de moda) de todos nosotros. Amén.

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