La consecuencia directa que marca un posible gobierno progresista en España es la pérdida de privilegios para todos aquellos que han vivido del cuento tras su etapa en la política, con mayor o menor entidad. Por lo que no es de extrañar que el miedo que suscita un cambio general en el modo y las formas en que se obtienen sueldos, prebendas y beneficios, haya dado la voz de alarma tanto en la retaguardia del Partido Popular como en las del Partido Socialista.
Hasta ahora, el sistema permitía que a la condición de político se le añadiese un status preferencial cuando por las razones que fuesen llegara el momento de dejar la actividad política. Es lo que se ha dado en llamar puertas giratorias, para ocultar bajo una opaca actividad asesora, el fraude de comisiones ilegales, en muchos casos, por haber mirado hacia otro lado, haciendo el paripé de una seudo actividad empresarial. Un negocio redondo en empresas energéticas y bancos, principalmente, y del que hacen y han hecho buen uso la mayoría de los políticos que hemos conocido.
Esta premisa que expongo, viene a cuento de los miedos que suscita en el PSOE los posibles pactos a los que pueda llegar Pedro Sánchez, con Podemos, y que a buen seguro supondría tabla rasa en los beneficios y prebendas de los ex-altos cargos de gobiernos y administración. No se dejen engañar, queridos lectores, a la mayoría de políticos en desuso que ha tenido nuestro país les importamos un bledo los ciudadanos. Matizo y añado a los que están en uso. Lo que verdaderamente importa a un político, es sólo una cosa: el poder.
Olvídense del miedo a la unidad de España, a las relaciones con la Unión Europea, a las bolsas y otros lobbys económicos, olvídense de todos esos miedos que nos cuentan para alterar a la opinión pública frente a lo que los ciudadanos han elegido en las urnas. No tengan ningún miedo para afrontar el futuro, pues lo único que pretenden quienes tanto énfasis ponen en mantener el bipartidismo conservador, no es otra cosa que seguir manteniendo los privilegios que hasta ahora han disfrutado.
Han hecho muy bien países como Bélgica o Dinamarca en explicarnos que no pasa nada por gobernar en coalición, de hecho, sólo quedan tres países en la UE donde gobierna un partido en solitario. La situación del Parlamento de España tras las elecciones generales, que a muchos les parece aberrante, es de lo más lógico en cualquier país europeo, a diferencia, de que ninguno tiene los índices de corrupción que hay en nuestro país.
Resulta especialmente llamativo, que sean los beneficiarios de las puertas giratorias en el PSOE, los que ponen el grito en el cielo y amenacen con reunir a la “vieja guardia” para frenar a Pedro Sánchez, como si de una aviso a navegantes se tratara -cuidado con este que nos pisa lo sembrao- en un intento más de dividir al partido, de seguir ejerciendo ese poder en la sombra, amparado por el partido rival, que en asunto de puertas giratorias tiene tanto o más que callar que el PSOE. Un cinismo de tal calado, tras cientos de casos de corrupción, que pretende poner en tela de juicio el criterio de las urnas, para que sigan chupando del bote los mismos cerriles de siempre.
No importa quien vaya a ser designado por Felipe VI para formar gobierno, siempre y cuando se respete la voluntad de los ciudadanos. Lo que verdaderamente importa, es que este grito de libertad que se ha escuchado en las calles de España del siglo XXI, sea un punto y aparte en la conducta corrupta de quienes han tenido la responsabilidad de ocuparse de los fondos públicos, para que se acaben de una vez por todas, o al menos en mucho tiempo, las desigualdades entre unos españoles y otros, y por fin, nos sumemos a la Europa de primera.
Este tiempo que ahora empieza puede representar una segunda transición y, como en la primera, vamos a tener los mismos miedos, o parecidos, los mismos anhelos, o quizá sinsabores, pero debemos ser conscientes de que el modelo de Estado que han preferido los españoles tiene que ser el que represente a las nuevas generaciones, con sus errores y sus aciertos, pero al menos con la dignidad que tienen los hombres y mujeres honrados que no necesitan de puertas giratorias para esgrimir su poder.
Ismael Álvarez de Toledo
periodista y escritor
http://www.ismaelalvarezdetoledo.com
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