Deseos para un año inquietante

Ni la nueva gran estadista patriaSusanaDíaz, ni el impresentable deArturoMas, niNúñezFeijóo, niUrkulluni ningún otro presidente autonómico, ni siquiera elRey FelipeVha igualado en sus discursos navideños, todos ellos repletos de buenas intenciones, deseos y frases hechas, la memez y la tontería del regidor socialista de la localidad sevlllana de Villamanrique de la Condesa, pueblo del Aljarafe, rociero y católico donde los haya. El alcalde cuyo nombre recuerda bastante a personajes de camisa azul del antiguo régimen,JoséSolísdelaRosaha tenido la genialidad de hacer pública una felicitación navideña a sus vecinos esgrimiendo versículos del Corán, ¡toma ya!, con los que pretendía, dice él y sus concejales de la cuerda, “ensalzar los valores de tolerancia y paz del Islam”. Manda huevos, que diríaTrillo. Sobre todo en estos momentos en los que medio mundo duerme con un ojo cerrado y otro abierto temiendo una nueva masacre yihaddista como la de París obra de los “tolerantes y pacíficos” muchachos terroristas del Daesh.

El problema es que no se trata de un caso aislado, de un cisne negro. Políticos como éste o incluso más idiotas que él, pueblan numerosos rincones de este país y dirigen los destinos de miles de ciudadanos sin que nadie les corra a gorrazos o les obligue a marcharse a su casa simplemente por gilipollas. Porque estoy seguro que no lo ha hecho con mala intención ni por tocarle las narices a nadie, sino por ese afán de protagonismo y buenismo político que su ex jefeZapaterose dedicó a sembrar por todo el país. Si yo fueseSusanaDíaz, que evidéntemente no lo soy ni pretendo serlo, le habría mandado al secretario de Organización del partido para leerle la cartilla, expulsarlo del PSOE y ponerlo de patitas en la calle del ayuntamiento que preside. No me extraña que los vecinos que lo han elegido hayan puesto el grito no sólo en el cielo sino en las calles de Villamanrique y en los caminos que conducen hasta la Blanca Paloma.

Pero, en fin, a lo que iba. Que después de escuchar por encima los buenos deseos de una y otras, lo único que me ha quedado claro es que este año bisiesto que ahora comienza se puede decir que es, cuanto menos, inquietante. Aunque han pasado sólo algo más de diez días desde que se celebraron las elecciones, la incertidumbre nos provoca la impresión de que esos comicios tuvieron lugar hace ya más de un mes sin que tirios y troyanos hayan movido un ápice sus posiciones iniciales para alcanzar algún tipo de acuerdo: Se supone que deben de ser los dos grandes partidos, PP y PSOE, quienes muevan ficha y dialoguen entre sí en busca de acuerdos, mientras las dos fuerzas llamadas emergentes, Podemos y Ciudadanos, se quedan a la espera para decantarse hacia uno u otro bando, según les convenga.

De momentoMarianoRajoyestá cumpliendo el mandato constitucional de recibir al resto de los líderes para exponerles su postura como fuerza que ha obtenido el respaldo mayoritario de los electores españoles. Otra cosa es queRajoyhaya hecho alguno proposición o alguna renuncia, que yo creo que sí la ha hecho, para intentar apoyos a su Gobierno. Hasta ahí, nada que objetar. El problema, el grave problema al que nos enfrentamos todos los españoles es la obscecación del lider del PSOE,PedroSánchez, por llegar como sea y a precio que sea a la Presidencia del Gobierno buscando alianzas imposibles que podrían conducir a su histórico partido a la desaparición en manos de los muchachos dePabloIglesias.

No sé lo que va a ocurrir en las próximas semanas, pero cada día que pasa tengo la impresión de que nos acercamos a pasos agigantados a una nueva cita electoral que podría celebrarse en primavera si no cambia el actual rumbo que ha marcado el candidato socialista y los llamados barones, sobre todo la todopoderosa baronesa andaluza,SusanaDíaz, le obligan por las buenas o por las malas a modificar sus actuales pretensiones.y a abstenerse para dejar que gobierne, aunque sea con absoluta debilidad y por un plazo limitado de tiempo, al partido que ha ganado las elecciones.

Por todo ello, mi único deseo en este año que ahora comienza, además de que me toque algún premio gordo de lotería, bonoloto, primitiva, ONCE o euromillones para poder quitarme de enmedio una temporada de este dichoso paìs, es que los reyes magos le traigan algo de cordura a nuestos dirigentes políticos, por muy republicanos que sean. A ver si unos y otros han aprendido algo de la lección de Grecia y consiguen que esto no se convierta, por esa tirria que algunos le han tomado al bipartidispmo, en un caos ingobernable. Creo que tampoco es mucho pedir.