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Lo dicho: Ganan todos

Por Pascual Hernández del Moral.
miércoles 23 de diciembre de 2015, 10:13h

Acabado el escrutinio de las elecciones del domingo, de nuevo nadie pierde: dicen unos que “han salvado los muebles”, que, al parecer los habían perdido antes de las elecciones. Que en Andalucía, muchos electores le hayan hecho el salto a la Presidenta, que sólo ha alcanzado un empate técnico con los azules, dice muy poco de la figura del guaperas. Además, en Madrid se han lucido, y la jueza-alcaldesa parece que empieza a eclipsarse. Y ya hay quien está sacando la navaja… Quedar los segundos, a veintitrés asientos del primero y con los peores resultados de su historia sobre todo en Madrid, no es “ganar” nada. Puede que estén contentos porque no se han ido por el sumidero, pero ganar, lo que se dice ganar…

Los morados del “coletas” están que se salen. De la nada, han conseguido no sé cuántos asientos; unos los han alcanzado con su denominación de origen y la marca fetén, y otros con diversos apelativos sucedáneos, llámense “ahoras”, “mareas” o sepa el diablo. Parece que han conseguido el número erótico, sesenta y nueve mal contados, no sé si con los añadidos, o a calzón caído. Y están muy contentos: ya se están viendo como “encargados de realizar los contactos pertinentes” con los “perdedores”, que para ellos son todos los demás, para formar gobierno; así lo ha anunciado tras el fiestón del domingo, quizás animado por los vapores etílicos el, según él, Presidentein péctore”. En plena fiesta, salieron por televisión todos los miembros del Comité Central, y mi esposa, ingeniosa ella, al ver al amigo Errejón, se preguntó:

- ¿Qué hace ese chiquillo ahí, cuando debería estar en la cama?

Lo apuntó porque la niñez se abría paso a torta limpia entre todos los demás, más o menos “viejunos”. Ellos se consideran ganadores sin discusión.

El novio de la Barbie, Kent creo que se llama, estuvo muy digno. Impecable como siempre, también se consideró ganador, si se tiene en cuenta, dice él, que era la primera vez. En Cataluña ya hubo candidatura, aparte de las europeas, en las que también participaron los chicos del “coletas”. Dicho sea de paso, tuvieron buenos resultados y estaban convencidos de repetir el éxito en la piel de toro. Ganaron, pues, también, aunque los resultados de ahora, en la tierra de Wifredo el Peloso, le han dado en la cocorota. ¡Qué le vamos a hacer! Otra vez será.

Pues, ¿y los de la gaviota o el cormorán moñudo, o lo que sea el pájaro? Es verdad que han sacado más asientos que ningún otro: ciento veintitrés son un centón, más que ninguno. Por tanto, han ganado también, como todos. No sé qué podrán hacer con sus chicos, porque gobernar, lo que se dice gobernar, no podrán hacerlo solos. Han hecho un Comité Ejecutivo, y se ha presentado de repente el del bigote, todavía no sabemos a qué. A lo mejor, a ponerles las peras a cuarto, en vista de que han hecho omiso a sus “consejos”, y el resultado ha dejado mucho que desear. O a decirles cómo se hacen junturas para gobernar, como hizo él la primera vez. Sea lo que sea, ya tronará.

Entre todos, el único que ha dicho claramente que ha perdido ha sido el comunista. Sólo dos asientos son poco fundamento para decir que también ha ganado. El muchacho ha sido honesto, y eso le honra. Si no fuera por lo que es, hasta me ha dado remordimiento no haberlo votado, siendo el más auténtico de todos los primeros espadas. Otra vez será.

De los de las autonosuyas, el más feliz es el de la mirada extraviada. Como la cosa no está fácil para que gobiernen los otros, ha puesto como condición que se le asegure por anticipado su referéndum de independencia. Porque él también ha ganado. Y el astuto no acaba de darse cuenta de que le ha abandonado el desodorante.

En definitiva, todos han ganado. Y los españoles hemos perdido: nos tiraremos unos meses sin gobierno mientras intentan ponerse de acuerdo. En Cataluña llevan ya muchos meses con el gobierno interino, y en Andalucía también duró casi como un parto formar gobierno, y no pasa nada.

¿Será que los gobiernos, todos, el catalán, el andaluz y ahora en de la piel de toro son absolutamente prescindibles? De Italia se decía que los italianos no se dejan gobernar, y además, es innecesario. ¿No tendrán que decir lo mismo de nosotros?

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