Ya hace días que la campaña circense está en plena ebullición. Los cabezas de lista de los seis principales partidos, incluidos UPyD y los comunistas de IU, llámense como se llamen en esta ocasión, están todos muy contentos de haberse conocido, especialmente los cuatro “grandes”. Todos hacen magníficos discursos triunfalistas para los suyos, diciendo que, aunque las encuestas y los sondeos diarios de los medios de comunicación los den por perdedores, ellos serán los que manden en el cortijo. Y fundamentan esta opinión en que tienen “encuestas propias que así lo aseguran”, y como nadie lo va a comprobar, pues eso. Su optimismo, cara afuera, es portentoso, porque no se lo creen ni ellos mismos. No hay nadie más embustero que un cazador contando una cacería, o que un político en campaña electoral.
Hay que situarse en el día después de la verbena electoral, cuando se están analizando los resultados. La experiencia nos dice que SIEMPRE GANAN TODOS, que no hay perdedores. En algún medio hemos leído hoy que un primer espada afirma que si no gana las elecciones habrá fracasado. No sé si “ganar las elecciones” para él es obtener la mitad más uno de los votos, o la mayoría de los escaños, o sépalo el diablo. Porque seguro estoy de que, salvo defenestración, encontrará argumentos para justificar lo que él entiende que será victoria. Otros van por ahí garantizando que “ya han ganado”, porque ellos son el pueblo, y les embarga “un aire benéfico y amoroso” que se contagiará a todos los votantes a la hora de echar la papeleta y lo llevarán en volandas a la Moncloa. Otro, en su actitud de Ken, el novio de la Barbie, muy pagado de sí, intenta encontrar quién le apoye para forma gobierno. Y el zorro patatero, encamado y aguardando, mira que no le fastidien un posible socio, porque ganar, dice que gana (como todos), aunque no sabe muy bien por cuántos. O sea, como siempre.
Lo verdaderamente malo es que nadie asume la derrota. Pasadas las elecciones y hasta nueva campaña, los dirigentes de los partidos DEBERÍAN TENER CLARO A QUIÉNES REPRESENTAN, Y CUÁNTOS ESPAÑOLITOS LES HAN DADO SU RESPALDO. Porque los perdedores quieren imponer sus criterios valorando los votos obtenidos como expresión de lo que “el pueblo” quiere y necesita, aunque sean cuatro y el cabo. Olvidan que no tienen el apoyo ni de su comunidad de vecinos. Se llenan de dignidad, y menosprecian la opción mayoritaria. Minusvaloran la opinión de la mayoría, y repudian los resultados obtenidos por las demás formaciones políticas. Ellos, dicen, son los depositarios de las soluciones del porvenir. Y lo peor es que consideran no homologables los resultados que han tenido los adversarios, despreciando a los votantes de los otros: los que no les han votado a ellos son la expresión de lo retrógrado, de lo inconsciente, de lo temerario, de lo iletrado, de lo cateto y lo antiguo. Les es muy difícil reconocer que LOS VOTANTES NO SON IMBÉCILES DEL TODO, Y QUE HAN ELEGIDO OTRA OPCIÓN POLÍTICA. La falta de respeto hacia los votantes de otra opción es una característica general de la mayoría de los partidos perdedores.
Durante estos días de campaña, los medios de comunicación juegan un importante papel a la hora de que los partidos políticos se desmelenen en alharacas triunfalistas. En las primeras páginas, en los editoriales, en la apertura de los telediarios aparecen destacadas todas las fabulaciones de los partidos, y se dan como “oráculos divinos”. Véanse, si no, lo que dicen que son “debates”. Los medios no son inocentes, y cada uno arrima el ascua a su sardina, y multiplican aquello que puede llevar un voto más al partido del que son vicarios. Y los TIC (Facebook y Twitter especialmente), plagados de politicastros mamoncillos, van difundiendo mensajes sin “trunde” como decía mi madre, a favor de uno, o en contra de otro, que todo vale. Y contribuyen no poco a ese no reconocimiento del fracaso de “su” formación política.
Ya quedan pocos días para la mejor “encuesta”: la de las urnas. Espero en mi ingenuidad que todos los partidos RECONOZCAN EL DIAGNÓSTICO DE LOS ELECTORES, y cada uno sepa y reconozca a quién y a cuántos representa.
A ver si se aprenden eso de “Vinieron los sarracenos y nos molieron a palos, que Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos”
Si (
No(
