Por fin, tras muchos cientos años de historia, intentando los propios españoles destruir España, parece que estamos próximos a logarlo. Los demoledores de la historia están intentando llevar la contraria a Bismark, que aseguraba que España era un país muy fuerte porque, tras cuatrocientos años intentando auto-destruirse, no lo había conseguido. Por fin, parece que los españoles están logrando que se nos vayan por el sumidero de la historia los muchos siglos anteriores. Ahí están los separatistas catalanes haciendo todo lo posible para que España deje de serlo. Y detrás de ellos, otros esperando a ver en qué queda la destrucción para repetir el escenario.
Muchos españoles, especialmente en los últimos años, han renegado de España sin ningún rubor y sin sentir nostalgia. Dejando a un lado a Rubianes y a Güilli Toledo, personajes sin ningún relieve intelectual, aunque merecedores de una silla en alguna de las tertulias salvadoras (Rubianes no, porque ya se ha muerto), pobladas por personajillos con un absoluto descrédito cultural, social y político, pero de profesión “famosos”, otros individuos han levantado la mano contra España: Trueba, Nacho Duato, incluso Sánchez Dragó. Todos ellos se quejan de haber nacido españoles, pero nunca han dado ni un solo paso para renunciar a su nacionalidad y dejar de serlo. ¿Por qué será? Una mención especial para el “juglar” catalán Albert Pla, al que “siempre le ha dado asco ser español, como espero que a todo el mundo”.
Es seguro que muchos españoles, dejando aparte a los especímenes antes citados, puedan sentir cierta vergüenza por el descrédito de nuestros políticos, y la inanidad de las instituciones. Es verdad que en los últimos treinta años (y quizás más) los políticos han convertido a la sociedad española en un patio de Monipodio de influencias, dádivas, raterías, y trapicheos en beneficio propio. Poco puede hacer el españolito, aparte de votar con cabeza, y adormecerse con el fútbol, los viajes o los internés, para escapar de este lodazal socio-político, que ensucia a todos los partidos, viejos y nuevos. Los gobernantes, generalmente, han trabajado para amasar una inmensa fortuna que les permita vivir a ellos y a sus siguientes generaciones de amanera mullida, regalada y cómoda, aunque deje perplejos a los gobernados.
Como decía antes, los independentistas catalanes ya han trazado su hoja de ruta, y han comenzado a andar. El Tribunal Constitucional, sin violar la ley, podía haber cortado la “discusión” en el Parlamento catalán, cuya legalidad emana de la Constitución Española, , y acusar a la Forcadell de sedición. Sería bueno que la actuación de los tribunales y del gobierno fuera algo más que un bla bla bla de “pichas flojas”, más preocupados por mantener las formas que ellos llaman “democráticas” que de salvar España. Parece que PP, PSOE, C´s, y los representantes sociales están de acuerdo en que no se segregue Cataluña, pero, como decía otra vez Bismarck, “cuando alguien está de acuerdo en hacer algo, quiere decir qwue no tiene la menor intención de hacerlo”.
Al fin y al cabo, ya hemos tenido suficiente paciencia y tolerancia con las continuas provocaciones y desprecios de los separatistas, y se han aguantado en nombre de los valores “democráticos” una humillación tras otra. Y ese aguante sólo ha servido para que los separatistas se crezcan. Se les ha olvidado las experiencias anteriores, en el 31 y en el 34. A los separatistas no les valen ni buenas palabritas, ni diálogos, ni enamoramientos blandengues, ni nada: a un independentista no se le enamora, sino que se le exige que cumpla con la legalidad.
Si a los catalanes les sale bien porque España siga asustada, sus gobernantes flaqueen y no quieran defender su integridad, detrás vienen los de las provincias vascongadas, los valencianos, los gallegos y, por qué no, los castellanos viejos, a acabar de desencuadernar España, o a lo que vaya quedando de ella. ¿Qué están haciendo quienes nos gobiernan hoy para que los españoles no se avergüencen de serlo?. NADA, mientras no se cambie el modelo educativo.
¡Ojalá no tengamos que buscar nuevo nombre para designar a los despojos de la actual España!
Si (
No(
