A muchos de nosotros nos gustaría que los cabezas de los diferentes partidos políticos de aquí nos aseguren que los movimientos, declaraciones, propuestas y gestos de todos ellos no tienen en cuenta las elecciones siguientes, y que todo lo hacen en pro de los gobernados. De entrada, el único fin de los partidos es llegar al poder e instalarse en él, sea del nivel que sea. Por tanto, como el objetivo último es siempre “tocar pelo”, las acusaciones que todos hacen de “electoralismo” a los adversarios me mueven a risa: “ELECTORALISMO” LO HACEN TODOS, Y SIEMPRE. Quizás lo menos electoralista ha sido el gobierno del PP, que ha incumplido muchas de sus promesas, a sabiendas de que iba a perder muchos votos; pensaba que hacía lo que debía, y convenía a España.
Hago esta reflexión a propósito de la propuesta del PP de reformar la ley que regula el TC para que sus sentencia no sean “DECLARATIVAS”, sino “EJECUTIVAS”. Ello quiere decir que las sentencias de TC deben cumplirse, como parece lógico y como sucede en todos los países “civilizados” del mudo. “¿En qué país democrático, en qué Estado de Derecho las resoluciones no se cumplen?” ha dicho Sáenz de Santamaría. El cumplimiento de las sentencias FORTALECE Y NO DEBILITA EL ESTADO DE DERECHO.
En la propuesta, que no va contra nadie, se prevé que pueda sancionarse su incumplimiento con multas de hasta 30.000 euros, y suspensión de sus funciones a quien no las acate y no las cumpla. O sea, que de estar aprobada la reforma, la Generalidad de Cataluña debería estar suspendida, tras la aplicación de 155 de la Constitución si, tras el 27S Mas dicta el “desenganche de España”, o sea, la DUI.
No han faltado motivos para haberlo hecho antes: el Estatuto de 2006, que debió ser corregido seriamente tras sentencia del TC de 2010, a la que no hicieron caso; la sentencia que obliga a la cooficialidad del castellano en todas las escuelas para evitar la marginación de la lengua oficial de España, y los sucesivos autos del TC sobre el asunto… Recuerde el lector que el TSJC dictó que se impartiera un 25 % de las clases en castellano. Todas se las han pasado por el arco del triunfo.
Lleva la Generalidad más de cuatro años intentando cobijar legalmente una consulta para su independencia: en 2010, la Ley de Consultas, recurrida por Zapatero y suspendida por el TC; en 2014 una nueva ley de consultas, también suspendida por el Constitucional, y pese a ello, celebraron la farsa del 9 de noviembre, sin censo y con urnas de cartón. Sobre lo que se ha convocado para el 27S, el propio Alberto Mas ha dicho en un coloquio de la Cámara de Comercio de Gerona: “TODO EL MUNDO SABE QUE SON ELECCIONES EN LA FORMA, Y UN PLEBISCITO EN EL FONDO”, o sea, otro incumplimiento de la legalidad. Así, parece que la propuesta de reforma está más que justificada.
Vista la deriva secesionista que, desde 2000 se intensificó con gestos y lemas (pitadas al Rey y al himno, quema de banderas, “España nos roba”, “Cataluña no es España”…), con la creación de estructuras que pretendían sustituir a las de España (acordémonos, por ejemplo, de las “embajaditas”) lo sorprendente es que la reforma que se propone no se haya hecho antes. Debió hacerla Zapatero en 2010, pero no era hombre de enfrentamientos. Y este gobierno de pichas-flojas ha esperado hasta el último momento para presentarla. La proposición no cuenta con el apoyo de ningún otro grupo político, exclusivamente por razones electoralistas. Quisiera que, aparte de lo fácil que es tachar al gobierno de nazi, cobarde y otras lindezas, quizás fuera bueno que nos explicasen cómo actuarían los demás partidos tras el 27S, si declaran la DUI, porque no lo hemos oído de ningún partido político.
Estoy releyendo un libro de mi paisano Juan Eslava Galán, LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL CONTADA PARA ESCÉPTICOS, y la descripción que hace de nacionalsocialismo de Hitler me parece, en casi todos los aspectos, idéntico al nazi-catalanismo de Mas. Lo han imitado hasta en las marchas nocturnas con antorchas. Les faltaba el instinto depredador de anexión de los pueblos limítrofes, con los que comparte lengua (Valencia, las Islas, la franja del poniente de Aragón…) y ya lo han manifestado; han creado su propia historia, para “ennoblecimiento del país”, o sea, paso a paso, han seguido el camino de Hitler. No es la primera vez que lo intentan: ERC quiso echarse en los brazos del dictador alemán allá por el 34…
Hay un gesto del PP que chirría: la presentación del proyecto la ha hecho GARCÍA ALBIOL, el candidato del PP catalán. Eso le da al proyecto un cierto aire de venganza, al que se ha agarrado de inmediato el gallinero nazi-catalanista. Quizás debería haberlo presentado Rafael Catalá, la Vice, o incluso el mismo Presidente.
Bien está, si sirve para parar el despropósito y la locura de Mas. Otro día hablaremos de su incapacidad para el diálogo, diga Durán lo que diga, porque el nazi-catalanismo es insaciable.
Si (
No(
