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Ablación en España

sábado 22 de agosto de 2015, 15:13h

Según se ha publicado en la prensa estos días, cuatro hermanas menores de edad y residentes en el País Vasco fueron víctimas de la ablación del clítoris en un reciente viaje de vacaciones a Madrid, el país de origen de sus padres. La fiscalía de menores está investigando los hechos, tras la denuncia de la mayor de las chicas- de sólo 14 años- a una trabajadora social. Los responsables de la mutilación genital de las pequeñas podrían haber sido sus abuelos maternos aprovechando el viaje de la familia su país de origen. En Mali donde la ablación es legal, por considerarse una tradición, el 92% de las mujeres sufren la mutilación del clítoris, por lo que los viajes de vacaciones de niñas nacidas o criadas en países donde la libertad sexual es un derecho suele ser un peligro que se debe evitar.

Para hacerse una idea precisa de lo que significa esta práctica terrible -a la que son sometidas miles de niñas a diario en al menos 29 países africanos y asiáticos- sólo recoger el testimonio de una mujer somalí que fue sometida a esa terrible practica: "La noche antes de mi ablación mi madre me dijo que no bebiera ni agua ni leche para que no tuviera que hacer demasiado pis. Al día siguiente mamá cortó un trozo de raíz de un viejo árbol y me la puso entre los dientes. Aquella mujer cogió una cuchilla oxidada, que limpió con su saliva, y después sentí como aquella hoja atravesaba mi piel de arriba abajo cortándome los genitales. Pero apenas había empezado lo peor. Después cogió una espinas de acacia para perforarme la piel y coserme el sexo. Me ataron las piernas desde los tobillos a las caderas y cuando todo acabó vi mis órganos íntimos secándose al sol. Tarde un mes en recuperarme y cuando volví a la roca donde me practicaron la ablación los perros habían devorado mis genitales".

De esta forma desgarradora, minuciosa y real relata Waris Dirie -la llamada Venus de ébano, la cotizada modelo de Chanel o Benetton- la forma en que murió su niñez, tras practicarla una ablación genital siguiendo una tradición ancestral que cada día padecen en sus carnes seis mil niñas de todo el mundo, a partir de los cinco años. Este es un terrible acto de brutalidad y discriminación que las ha marcado y las marcará a todas el resto de sus días por lo que los países occidentales deben estar especialmente vigilantes sobre esas prácticas. Los datos aproximados cifran en unos 140 millones de mujeres y niñas las que sufren problemas el resto de su vida debido a esta técnica y las condiciones en que se realiza, lo que debería ser suficiente para no mirar hacía otro lado .

El Gobierno vasco ha aprobado, tras conocerse este caso de las cuatro niñas que de hecho son españolas, un protocolo para prevenir la ablación genital femenina que debería aplicarse también en el resto de las comunidades autónomas. Una de las medidas inmediatas será activar un sistema de alertas en los hospitales y centros de salud para detectar a mujeres adultas que en su juventud fueron víctimas de la ablación. Localizadas ellas será más sencillo proteger a sus hijas cuando lleguen a la pubertad. Asimismo en los casos más graves se ha planteado la intervención incluso del área de extranjería de la policía nacional para retirar los pasaportes a la familia y que no abandonen el territorio español cuando exista el riesgo. No es tolerable que en nombre de una tradición ancestral se permita por acción u omisión una barbarie de ese tipo contra las mujeres. ¡Basta Ya!

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