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Llegó la hora de la verdad

Llegó la hora de la verdad

Por Benito Fernández

Por Benito Fernández
lunes 01 de junio de 2015, 01:02h
Hasta ahora todo han sido maniobras orquestales, fuegos de artificio, pregones de vendedores ambulantes que quieren colocarnos su mercancía al precio que sea. Rebajas de verano, puros saldos, demagogia barata, populismo vacuo. Ha acabado mayo, el mes de las flores, y comienza un mes de junio que va a ser clave para el futuro no sólo de Andalucía, sino de toda España. Solo pido que lo que tenga que pasar, que pase pronto porque no hay nada peor en política que la incertidumbre. Es muy posible que muchos de los que hasta hace poco abominaban de las mayorías absolutas, las echen de menos en el plazo de unos pocos meses. Y lo vamos a comprobrar pronto, muy pronto. Cuando los bipartitos, tripartitos y multipartitos surgidos de los acuerdos a dos, tres o cuatro bandas para desalojar del poder a quienes han obtenido las listas más votadas, surgan como hongos en todos los rincones del territorio patrio.

Hasta ahí, nada que objetar. Es el juego democrático que impone nuestro obsoleto sistema electoral que aprobamos hace ya casi cuarenta años y que debería de haber sido reformado hace tiempo por aquellos que han tenido en sus manos la posibilidad de hacerlo, que aquí sólo han sido dos partidos, el PSOE y el PP. No lo hicieron en su momento y son ellos mismos los que están pagando los platos rotos de su inoperancia. Las listas más votadas solo sirven, de momento, para utilizarlas en los retretes porque son muchos los que las aprovechan para limpiarse el culo con ellas. ¿Culpables? Bueno, los dos grandes partidos y la gran mayoría de los españoles que asistimos impotentes a un mercadeo que puede acabar como el rosario de la aurora y que puede sumirnos, de nuevo, en una recesión económica de la que, esta vez sí, nos va a ser complicado salir. De todas formas, tenemos lo que nos merecemos y a lo peor nos merecemos sufrir unos años el este nuevo sarampión populista que ha invadido pueblos y ciudades de toda España.

Porque hay algo inexcusable. Y es que han sido los propios votantes del Partido Popular quienes han creado esta situación. Su odio visceral a Rajoy, alentado por algunos medios de comunicación que se autocalifican de derechas, ha provocado que buena parte del electorado conservador se haya quedado en casa y que otra parte se haya pasado a esa nuevo partido emergente de centro derecha, que es Ciudadanos, como voto de castigo a un Gobierno que, a su vez, ha dedicado todos su esfuerzos a castigar a sus propios votantes para sacar al país de la crisis. Un toma y daca que puede mandar al traste a la supuesta recuperación. Y con el PSOE ha ocurrido algo similar por mucho que el tal Pedro Sánchez venda los paupérrimos resultados como una victoria. No han perdido más porque no tenían apenas nada.

¿Qué va a pasar ahora? Por lo pronto ya hemos podido comprobar que baja la Bolsa, sube la prima de riesgo y los inversores extranjeros se tientan la ropa y dudan si España es un buen sitio para colocar su dinero porque, tal y como se temían muchos, se ha convertido en una especie de pregrecia. Eso, de momento. Cuando los pactos frentepopulares se firmen y el PP sea desalojado incluso de aquellos lugares en los que han sido la lista más votada, España se va a convertir en una especie de reino de taifas en el que cada ayuntamiento y cada comunidad van a ir por libre haciéndole la vida imposible al Gobierno de la nación. ¿O creen que los concejales y alcaldes de Podemos van a aceptar las imposiciones del Gobierno de Rajoy sobre el control de la deuda o el gasto?

Pese a todo, aquí nadie aprende. El PP, con Rajoy a la cabeza, hace una leve autocrítica, reconoce que se han equivocado en su forma de comunicar, ¿sólo en eso, presidente?, pero no plantea cambios radicales ni el sus formas ni en sus personas ni en, lo que es más importante, en el fondo de una gestión que puede mandarlos a todos a los albañiles a finales de este aciago 2015. Mucho tienen que cambiar

los populares si quieren continuar en el poder en la próxima legislatura porque si hay algo claro es que, ocurra lo que ocurra con los pactos en ayuntamientos y comunidades, el frentepopulismo va a ser una realidad tras las próxmas eleciones generales. Y eso, y no la sonora pitada al himno de los gilipollas vacocatalanes de la Final de la Copa del Rey, sí que puede ser peligroso para el futuro inmediato de nuestro querido país y de todos nosotros.
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