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Un año sin Paco

Un año sin Paco

martes 24 de febrero de 2015, 23:56h
Un proverbio hindi aconseja que cuando hablemos debemos procurar que las palabras sean mejores que el silencio. Paco de Lucía amaba tanto el silencio que nunca quiso estropearlo con sus palabras y nos hizo el regalo de su música, de nuestra música que era la suya. De un flamenco olvidado en minorías y purismos absurdos, Paco hizo de su estilo la razón de cualquier purismo, porque hizo al flamenco flexible, comprensible y universal.
Paco lleva un año fuera del mundo de los vivos, y cada vez que habló lo hizo en el complejo idioma del flamenco. Por eso sigue vivo en la rotundidad de lo que sentimos, y está en el estremecimiento que provoca cada nota que sale como un disparo de sus geniales picados. ;
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Nos acercó como nadie al ignoto mundo del Duende. Construyó la nueva guitarra flamenca, y experimentó con el ébano y otras maderas nobles, mezclas de palosanto y hasta de aluminio. Unió lo bueno de la guitarra clásica y lo mejor de la guitarra flamenca. Y creó esa raza de guitarras que me gusta comparar a los mejores caballos hispanoárabes. ;La ligereza y fragilidad de la caja flamenca, los aromas a sicomoro y abeto, el aire oriental y misterioso azahar de sus barnices; la fortaleza de su sonido de fiera domada ;con la nobleza, belleza y fuerza de los materiales de la guitarra española. ;Los clavijeros de madera, siempre desafinados y frágiles, pasaron al metal clásico y técnico. Y asesoró el enjaezado de las cuerdas de entorchado hexagonal especialmente diseñadas para un sonido más percusivo.

Paco no sólo mejoró la guitarra flamenca. También cambió la forma de tocarla. E hizo posible lo que parecía inimaginable. Los cuatro primeros trastes de siempre se convirtieron en todo el diapasón. Paco era la perfección de este misterioso arte de tocar, que añade a la dificultad de cualquier otro la exigencia de una fuerza extraordinaria de los dedos de la mano derecha, ;combinada con una exquisita y única habilidad que convierte la rapidez en limpieza. Esa delicadeza en que cada dedo cuenta, para una técnica que exige la perfección en cada ataque. ;Desde el trémolo de cuatro dedos, los picados de dos y tres, los variados redobles y rasgueos, al alzapúa y el golpe de capirote del pulgar en la caja. Esos toques de caja de cada ritmo flamenco, siempre combinado y contrapunteado, que convierten a la guitarra flamenca en una orquesta entera capaz de llenar por sí sola cualquier palo. Paco los dominaba todos, y a todos los mejoró y divulgó. ;Desde la básica soleá, madre de todos ellos, hasta la frescura de las sevillanas, la tristeza taciturna de las mineras o la tensión rítmica de los tangos. La bulería que anima el tono vital de la soleá, o las alegrías y las rumbas, los fandangos, peruanas y granaínas. Y la melancolía mágica de las rondeñas que siempre tocaba Paco afinando la guitarra a ojo en medio de los conciertos, mientras charlaba a voces con el ;público. De ellas, me quedaré siempre con la versión de "mi niño Curro" que Paco tocó, en 1991, junto a cuarenta guitarristas de todo el mundo, leyendas todos ellos en tocar el bello instrumento de femeninas formas. ;

Paco cambió, con muchas críticas, ;hasta la forma de sentarse. Trajo del Perú el cajón flamenco y lo incorporó a ;esta música de tal forma que hoy nos parece cosa de siempre. La aleación fecunda de sonidos e instrumentos generaron nuevos aires, el ;jazz y la fusión flamenca; ;la posibilidad de improvisar cualquier ritmo en cualquier lugar junto a cualquier música. Y de todos aquellos duelos, no puedo olvidar el que hizo en el mismo Guitar Legend de Sevilla con Johny Mclaughlin, uno de los más rápidos con la púa, a quien dejó muy atrás en los picados finales del Ángel Guardián, uno de los más famosos temas de Paco en su disco Zyriab. ;Paco demostró que es acaso la guitarra flamenca la única que es preciso oír pura y al natural, y es enemiga de cables y sampleados. ;Libre, salvaje y llena de noble fuerza contenida como la música y las gentes del país que la vio nacer, demuestra esta música lo que una simple caja de madera es capaz de dar sometida al método, la disciplina y la libre creatividad. Tal vez por ello sea en países como Japón un objeto de culto. ;

Sorprende también de Paco su humanidad, que siempre basó en su discreción. Sabiendo que nadie hubo como él, nunca quiso presumir y basó sus innovaciones en la observación y la admiración a otros guitarristas, a los que siempre tuvo tanto que enseñar pero de los que siempre quiso aprender. Paco sabía aquello que decía Voltaire, de que el orgullo de los pequeños está siempre en hablar de sí, y el de los grandes en no hablar de sí nunca. ;Por eso Paco, ;injusta y cruelmente criticado por sus obras maestras en la enfermedad de Camarón, hizo callar su guitarra durante tres años, porque en su dolor no quería estropear el silencio con una música basada en la amargura. ;

Paco amaba también el mar, sus sonidos y sus silencios. A la pasión por el flamenco se añadía la pasión por la pesca submarina, deporte cinegético por excelencia, el único en que la presa tiene más posibilidades que el cazador y el pescador a pulmón se juega siempre la vida en cada lance. ;No sé si por ello tenía Paco el profundo conocimiento de la música que sólo los grandes maestros saben practicar, secreto que ;reside en tratar a los silencios como una nota más; por aquello de que un silencio vale tanto o más que el montón de notas que lo rodean. Y es que pocas cosas hay tan armónicas en la naturaleza como el silencioso fondo marino, tan lleno de sonidos y movimientos que lo adornan. ;

Hace un año que Paco de Lucía falleció maduro pero joven, y que Dios me perdone, pero siempre que lo recuerdo su figura me hace comprender el hermoso piropo de las letanías, pues la guitarra era su madre, su esposa y su hija. ;Fue hijo de la música que apadrinó, y dejó viuda a la Guitarra para siempre. Pero con una fecundidad nunca vista, son innumerables los aficionados, guitarristas, hombres y mujeres del cante y ;baile en los que este payo de Algeciras hizo nacer la llama flamenca, y que quedaron huérfanos soñando con su música y su estilo.

Recordemos pues la efeméride de este español inmortal. Ejemplo de tantos, es también su vida y su admirable estilo, el secreto mejor guardado del talento que tanto nos conviene. Porque sólo habló con la sabiduría de los medios que conocía en profundidad, y siempre ;lo hizo para mejorar el silencio expectante. ;

Daniel Muñoz Doyague
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