Los titiriteros y sus marionetas irrumpen en la vida cotidiana de Segovia

En la ciudad de Segovia ocurren estos días mil historias protagonizadas por marionetas que tienen vida propia, acompañadas por decenas de titiriteros llegados de medio mundo, que han irrumpido para animar calles y plazas históricas formando una mágica combinación.

En esta aldea, patrimonio de la humanidad de la Unesco, donde también hay "gepetos" que fabrican criaturas en madera, grandes y chicos, ha arrancado hoy el Festival Internacional de Títeres de Segovia Titirimundi, que concentrará a más de 50.000 personas en 250 sesiones, hasta el domingo.

Para Titirimundi este año es especial, aunque van 28 ediciones; por eso quiere dedicárselo a estas figuras que cobran vida, un autohomenaje a un género que ha dejado de ser menor en las artes escénicas y que encontró su plataforma en la capital segoviana desde que se celebró el primero, hace tres décadas.

De ahí que, entre las obras programadas haya dos "especies de tesis existenciales titiriteras", como las define el director del festival, Julio Michel, donde se da respuesta a las "cinco W" del periodismo: qué es un títere, cómo se maneja, cuándo cobra vida...

La primera de ellas, un estreno en España, "La mesa", ha abierto el festival con la compañía Blind Summit Theatre, maestros de los títeres en el Reino Unido, con una comedia existencial en la que relatan en tiempo real las últimas doce horas de la vida de Moisés, una marioneta cascarrabias.

En un pase previo a la inauguración, Moisés, a través de tres integrantes de la compañía inglesa, ha mostrado sus artes para enfrentar lo real con lo irreal o dejar claro que las marionetas pueden hacer cualquier cosa que hacen los actores humanos, y mucho más todavía.

Cabeza de cartón y cuerpo de tela, pero serio, moviéndose por la mesa, que es el mundo, en una historia de títeres, risas y filosofía, todo depende de la imaginación del público, según el director artístico Mark Down.

Detrás hay algo de "1984", la novela de Orwell, y una historia épica acerca de Dios y de Moisés, de la vida y la muerte, o de "Esperando a Godot", de Samuel Beckett, aunque puede pasar cualquier cosa, en cualquier momento, hay mucho de improvisación, sostiene Down.

Quienes construyeron la marioneta gigante Voldemort, de 18 metros de altura, que disparó fuegos artificiales en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres, realizan su particular homenaje al arte de la marioneta, porque se trata de mostrar "el misterio" de su funcionamiento.

El otro espectáculo de referencia este año es "En el taller", por los belgas del Le Tof Theatre, en el que se muestra el proceso de creación de un títere y su lucha por la vida.

Además del despliegue de 25 compañías, que en su conjunto protagonizarán 35 espectáculos diarios, la fiesta de los programa exposiciones o talleres, como el que dirige el músico y artesano belga Chris Geris, del grupo Plansjet, para alumnos aventajados, como los profesores de la Escuela de Arte y Superior de Diseño.

Geris sabe muy bien que la relación de Gepeto con su Pinocho es como la de un padre y un hijo, incluso, como ejemplo habla de que, cuando una de sus alumnas puso en el suelo las piernas articuladas de la marioneta, él la llamó "mamá", un gesto que la llenó de emoción, "porque es la relación de la madre con su hijo", explica a Efe.

Este artesano de la madera comenzó fabricando muebles, incluso realizó esculturas, pero no quedaba contento hasta que no contempló bailar a dos marionetas que acaba de fabricar, al son de la música: "Ninguna estatua me ha dado la satisfacción que estas figuras de madera que bailan, se mueven y hablan".

Mientras, Michel piensa en la próxima edición, después de recordar con orgullo que ha sido capaz de llevar los títeres al Centro Dramático Nacional, habla con Geris de crear una escuela de títeres y confía en poder contar con un taller de sombras de un maestro japonés.

También aboga por exponer el año próximo la obra del pintor y escenógrafo italiano Emanuele Luzzati, aunque, sobre todo, sigue trabajando en la tramoya para elevar el arte de las marionetas y que cobren vida, de diferente forma, más tradicional o más vanguardista, pero emocionando al público. Pasen y vean.