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El obispo de Ávila insta a seguir el camino de Suárez en favor de la convivencia

El obispo de Ávila insta a seguir el camino de Suárez en favor de la convivencia

martes 25 de marzo de 2014, 14:59h
El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, ha destacado hoy el "prodigioso trabajo" de Adolfo Suárez en la Transición, que inauguró un estilo de convivencia política trabajando sin cesar por el entendimiento entre los españoles, y ha instado a seguir su camino.

García Burillo ha repasado la figura política del primer presidente del Gobierno de la democracia en la homilía del funeral que se está celebrando en la catedral de Ávila.

"Su política consiguió que las dos Españas pudieran encontrarse tras décadas de animadversión política y de odio", ha dicho García Burillo quien ha recordado la fe que profesaba Suárez, "un católico en la vida pública".

García Burillo ha hecho hincapié en el "gran objetivo de reconciliación y de paz promovido por el presidente Suárez" a quien España debe "una acción de gracias inmensa"."Él trazó un camino que bien merecería ser continuado", ha manifestado.

Ha asegurado que Suárez "inauguró un estilo de convivencia política, respetando las posiciones adversarias, buscando tenazmente el pacto y el consenso, valorando las posiciones de adversarios políticos, sin rencor ni revancha".

"Con espíritu democrático trabajó sin cesar por el entendimiento entre los españoles", ha continuado el obispo quien también ha subrayado que, en los momentos más difíciles de su carrera, "se mantuvo erguido con valor y serenidad" y que, "finalmente convencido de que no tenía apoyo", "dejó el poder sin vacilar, sin amargura, convencido de que era lo mejor para España".

La búsqueda del bien común para los españoles, ha dicho el obispo de Ávila, era "caridad política" y ha remarcado que "la gran aportación de Suárez a la sociedad española y a la comunidad internacional ha sido la reconciliación del pueblo español".

Ha aludido asimismo al "sufrimiento" que acompañó la vida del expresidente y no sólo durante la enfermedad de sus últimos once años.

"El sufrimiento anidó en su alma por la muerte de su esposa y de su hija y por la profunda soledad que envolvió la última etapa de su quehacer político: Adolfo experimentó el abandono de alguno de sus colaboradores, el abatimiento personal, la ingratitud como respuesta a su entrega", ha indicado.

"Comprobó con amargura el sacrificio que su familia había padecido a causa de sus necesarias ausencias", ha continuado García Burillo, quien ha recordado que Suárez decía que sin su esposa y sus hijos no habría "sido capaz" de dar lo mejor de sí mismo "en servicio de España".

Suárez, ha señalado, dejó Ávila "después de haber vivido años de juventud apasionados" y regresa hoy para reposar eternamente "junto a quien fue todo en su vida", su esposa, Amparo Illana, hacia quien su atención estuvo "llena de amor".

El obispo ha elogiado por último la virtud de "saber escuchar" del expresidente y su "facilidad para afrontar los problemas con serenidad", así como su "generosidad". "Nunca tuvo apego a algún objeto personal", ha concluido.
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