Comedia francesa y cine negro marroquí, polos opuestos en la Seminci

Lakmari ha regresado a Casablanca, donde rodó "Casanegra" (2008) y que ya presentó en el festival Valladolid, para situar un relato con efluvios de cine negro ("Zéro") que ha sido proyectado hoy a concurso para representar a su país, Marruecos, protagonista del certamen con un ciclo de proyecciones de los últimos quince años.

Además del título del filme, "Zéro" simboliza el nulo valor de un policía, apodado así por sus compañeros, en apariencia inepto pero mermado en su profesionalidad por las constantes humillaciones y vejaciones a las que le someten su jefe e incluso su propio padre, un exoficial recluido en una silla de ruedas.

"Es una historia de ficción", pese a que el director ha deslizado aspectos como la corrupción, ha explicado a los periodistas el actor y guionista marroquí Younès Bouab, que encarna al agente vejado hasta que un buen día emerge y decide retomar las riendas de su vida.

Como en todos los países, en el suyo también existen "muchos problemas de corrupción", ha admitido este actor y también guionista, faceta ésta que piensa retomar en los próximos meses con un proyecto también policiaco en el que abordará la relación entre "justicia y venganza", ha anunciado.

"Zéro" es el tercer largometraje de Nour-Eddine Lakhmari (Safi, Marruecos, 1964), que ya participó en 2009 en la sección oficial de la 54 Seminci con "Casanegra".

Valladolid ha dedicado en los últimos años un espacio al cine francés que en esta edición ha ocupado la realizadora Agnès Jaoui con "Au bout du conte" ("Al final del cuento"), un enredo de pasiones entreverado de humor inteligente, amabilidad, diversión e ironía a través de personajes que se desenvuelven con ingenio y expresan gustos y formas de vida diferentes.

En cierto modo viene a resultar una revisión de los antiguos cuentos de hadas, una cata pare ver qué peso tienen aún los mitos y las fábulas en el siglo XXI. Agnès ha concluido que aún existe: "todavía pesan sobre nuestras cabezas, nuestro inconsciente", ha sostenido durante una rueda de prensa.

Jaoui, nacida en 1965 y nueva en esta plaza cinematográfica de Valladolid, ha reconocido que ella siempre esperó a su príncipe azul, "y lo peor es que lo encontré", ha comentado con desenfado antes de constatar la "gran contradicción" en que a su juicio incurre la sociedad actual al vivir en un eterno cuento de hadas, "esperando que algún día llegue el príncipe azul".

Además de directora, ha sido también la guionista y participa en el filme con un papel, al igual que su compañero Jean Pierre Bacri, con quien ha escrito la película.

En esta penúltima jornada de la 58 Seminci ha competido con su ópera prima ("Run & Jump") la norteamericana de origen irlandés Steph Green, autora de un viaje emocional, un retrato de familia, un toque de atención sobre la fragilidad de la condición humana y un análisis sobre la capacidad del ser humano para asumir las desgracias de la vida.

Todas esas cosas pasan en un largometraje donde un hombre sufre un ictus que le reduce a un estado casi vegetativo y provoca una convulsión en su familia, que depende de él, hasta el punto de alterar las relaciones entre sus miembros.

La ficción está basada en un hecho real y similar que le ocurrió a Ailbhe Keogan, la guionista de una cinta cuya protagonista femenina es la actriz inglesa Maxine Peake, muy popular en la televisión británica.