El obispo de Segovia ve "inhumana" la falta de pudor y lamenta que los jóvenes vivan en ambientes en que "se expone todo"

A su juicio, el pudor "está orientado y ordenado al amor", de manera que donde hay amor éste "se afina y madura". "En el amor auténtico el pudor no se niega sino que se supera al realizarse", ha considerado.   

La carta, titulada 'Corazón puro y manos inocentes', está dedicada al noveno mandamiento, que según recuerda el prelado segoviano "exige no dejarse llevar por el impulso sexual desordenado, ni en los pensamientos ni en los deseos", lo que requiere "la virtud de la templanza que modera los deseos y aquello que preserva la intimidad de la persona y del propio cuerpo".    

Rubio ha apuntado que los animales no conocen el sentido del pudor, que es sin embargo un "rasgo esencial" en las personas. En este sentido se ha referido al Youcat, el catecismo de la Iglesia Católica para jóvenes, que propugna que el pudor "protege el ámbito íntimo de la persona,  su misterio, lo más propio, su dignidad, especialmente también su capacidad de amor y de entrega erótica".   

El obispo, en referencia al título de su nueva misiva, ha dicho que manos inocentes son aquellas que no se usan para actos de violencia y no se ensucian ni con la corrupción ni con sobornos.    

"Tiene un corazón puro quien no finge y no se mancha con la mentira y la hipocresía, un corazón transparente como el agua de un manantial porque no tiene dobleces. Es puro un corazón que no se extravía en la embriaguez del placer, un corazón cuyo amor es verdadero y no solamente pasión de un momento", ha añadido.   

Rubio ha ensalzado la pureza de corazón como "el preámbulo de la visión de Dios" y ha remarcado que los limpios de corazón son los que se ajustan a las exigencias de la santidad de Dios en un triple campo: el de la caridad, el de la rectitud sexual y el de la ortodoxia de la fe.