Polvo en el viento

Llevaba muchas semanas esperando la noticia de la incorporación de todos los postes repetidores de la antigua emisora de ABC Punto Radio a la Cadena COPE. Quedaban solo flecos por resolver y los responsables del organismo que regula y garantiza la libertad de competencia en las ondas no acababan de resolver.

Finalmente, hace unos días, la montaña parió, en este caso no fue un ratón, sino una buena noticia para la Comunidad de Castilla y León. Las 11 emisoras de Castilla y León, que hasta hace poco difundían los contenidos de ABC Punto Radio, no se incorporaban al acuerdo con COPE y se constituían en una red independiente regional bajo la referencia de "Castilla y León Radio". 

Será duro, muy duro, levantar un nuevo concepto de radio basado únicamente en la actualidad que se genera en nuestra Comunidad. No son tiempos para mudanzas, ni siquiera para un pequeño cambio de decorado, pero también es cierto que es la hora de los valientes, el momento de dar un paso adelante y apostar sin complejos por Castilla y León.

Detrás de la decisión, y al margen de emisoras y de conceptos, está la enorme capacidad de las personas que apuestan por impulsar una radio que aborde los problemas regionales y locales, desde una perspectiva de cercanía y compromiso. 

Y ahí quiero estar yo. Les he pedido al máximo responsable del proyecto y a su Director General que me dejen apostar por ellos. Que yo quiero contribuir en el proyecto y demostrar que es posible. Que Castilla y León tiene cosas que decir y formas diferentes de decirlo.

El día 5 de abril, un grupo reducido de personas, sin experiencia radiofónica y sin más equipaje que el entusiasmo por un nuevo reto, nos lanzamos a las ondas y ponemos en marcha un programa regional, bajo el nombre de "Polvo en el viento".

Durante una hora, todos los viernes, trataremos de dar noticias cercanas, referencias de nuestras cosas, entrevistas a hombres y mujeres de aquí, y tertulias que aborden en profundidad las cuestiones de actualidad que afectan a Castilla y León.

Iniciamos todo ello con más corazón que cabeza, sin pensarlo mucho. Nos sometemos sin duda a su decisión inapelable. Eso sí, sepan que aceptaremos todas las críticas, salvo aquellas que pongan en cuestión nuestro ánimo y el compromiso de ser independientes y veraces ante lo que ocurra.

Dentro. Empezamos.

Daniel Movilla