¿De qué lado está el miedo ahora?

He leído esta mañana un comentario que planteaba la misma pregunta que yo hago en este artículo y la verdad es que yo sí tengo contestación al interrogante. Está claro que aquí hay dos posturas perfectamente definidas. Digo posturas, por no ser más radical y decir bandos, porque los planteamientos de unos y de otros son antagónicos y cada día se radicalizan más.

Hasta hace poco, sin duda, el miedo estaba a nuestro lado. Nosotros, los ciudadanos, éramos los que teníamos miedo a manifestarnos, a protestar, a recurrir judicialmente, a presentar iniciativas legislativas, o a forzar, en definitiva, la máquina y decir basta a tantas y tantas vulneraciones del ordenamiento jurídico establecido. Una y otra vez, lo que yo llamo la nueva aristocracia, dictaba sus normas, establecía sus derechos e imponía privilegios exclusivos para su gente. No hace falta hacer un gran ejercicio de memoria para recordar la subida general de los impuestos, las tasas judiciales, la amnistía fiscal, la privatización de servicios hospitalarios, los desahucios, el cobro de recetas y un largo etcétera que ocuparía sin duda toda la posible extensión de esta reflexión.

Pero algo ha cambiado de repente. Seguimos teniendo miedo, es cierto; sabemos que la máquina del sistema es muy poderosa y que al ponernos en la primera línea del combate, nos hace candidatos serios a servir de escarmiento a los demás. De ahí el miedo. Muy lógico. Quien mas o quien menos tiene detrás un inmenso caudal de compromisos económicos y familiares. Y eso es lo primero.

Sin embargo, yo ya he notado también el miedo en el otro bando. Han empezado a pensar en una solución alternativa. He oído a lo lejos esa frase de "cuidado que nos estamos equivocando".  Eso no significa que vayan a rectificar. 

Ellos saben que es tanto y tan grande el error acumulado durante los últimos años, que ya no valen las mismas reglas de juego y por eso tienen miedo también y van a intentar una última pirueta, una última acrobacia y van a presentarnos su último número de circo nacional. 

"Señores españoles" -- nos dirán -- a la vista de los graves problemas económicos que están lastrando la recuperación de nuestro país y  en defensa de las normas democráticas que nos dimos de forma consensuada a través de la Constitución, las grandes formaciones políticas de España, en un ejercicio de responsabilidad nunca visto antes, hemos acordado constituir un gobierno de concentración nacional y contribuir así, entre todos, a la salvación de España."

Y eso lo harán porque tienen miedo a que el pueblo español ya no soporte más la partidocracia reinante y deje de votarles definitivamente. De esta forma, con la unión de todos los partidos mayoritarios, usted españolito de a pie ya no tendrá más opción que tragar y volver a tragar, porque fuera de nosotros -- dirán de nuevo--- el caos.

Pero que sepan ustedes que el miedo ya está repartido y que hoy por hoy no se sabe hacia dónde finalmente caerá el fiel de la balanza.

Daniel Movilla