Pero sí se venden coches de lujo

Parece evidente, sin entrar en detalles, que el ejercicio 2012 ha sido realmente nefasto. Pero, si se entra en los detalles, además de confirmar esa percepción tan negativa, lo que produce es pavor. Cinco años de crisis, con dos recesiones consecutivas (la segunda aún sigue vigente), han esquilmado el tejido productivo autonómico y han elevado la tasa de paro hasta lo más alto. 

Estas dos variables no son la causa de la crisis, aunque sí la alimentan, claro. Son consecuencia de la crisis, cuyo origen tiene más que ver con el brutal descenso de la demanda interna, que a su vez explica el alto endeudamiento de las empresas y familias, así como del sector público, además de los graves efectos de la burbuja inmobiliaria que arrastró hasta el abismo al sector financiero.

Lo cierto, en todo caso, es que el sector productivo autonómico ha experimentado una reducción neta de 10.760 empresas en los últimos cinco años (2008-2012), según el Registro de la Seguridad Social (empresas con uno o más trabajadores). Sólo en 2012, la variación neta del número de empresas cotizantes refleja la desaparición de más de 2.900 pymes.

Ésta es, por lo tanto, la primera expresión del drama que genera una crisis de esta magnitud. Porque detrás de esa progresiva caída de la actividad y del cierre de empresas se encuentra el drama personal y familiar de miles de empresarios que, muy probablemente, no volverán jamás a la actividad. Y el drama de miles de personas y familias expulsadas del mercado laboral o incapaces de incorporarse al mismo.

Según la EPA del cuarto trimestre de 2012, el volumen de personas desempleadas en Castilla y León ascendía a finales de diciembre  a 240.800; lo que supone que en 2012 aumentó este colectivo en 39.200 personas (+19,5%). La tasa de paro se elevó en 2012 hasta el 20,76% (+3,6% en un año), lo cual revela que en Castilla y León se ha intensificado el ritmo de crecimiento del desempleo con respecto a la media nacional, cuya tasa aumentó el 3,18%.

El brutal ajuste producido, que podría tocar fondo a lo largo de 2013, ha supuesto un evidente empobrecimiento de empresas y familias, que no sólo han reducido ya sensiblemente su deuda, sino que se ven obligadas a "tirar" del ahorro para mantener el mínimo nivel de gasto, imprescindible para su funcionamiento o para su supervivencia. Un proceso de empobrecimiento que, aunque es general, afecta muy directamente y sobre todo a las clases medias, que se han situado en el centro de la tormenta perfecta: la caída de los ingresos, la necesidad de desapalancarse y el fuerte incremento de las cargas fiscales.

Esto es lo que ponen de manifiesto, al menos, los indicadores económicos tradicionales. Entre ellos, la venta de turismos, que encadena caídas mensuales y anuales impresionantes. Pero, al mismo tiempo, revelan la permanencia de un sector de la sociedad con una sorprendente capacidad de gasto.

Si se leen las cifras de ventas de turismos y todoterrenos de enero pasado, por ejemplo, además de constatar una nueva reducción del volumen de vehículos vendidos en Castilla y León (como en el resto de España), se observa también un cierto dinamismo del mercado de lujo o de alta gama. 

En este contexto de crisis, se entiende que los vehículos más económicos, como los Dacia, representen el 7,5% de las ventas totales registradas en enero. Se entiende, además, que la inmensa mayoría de los vehículos vendidos se sitúen en la media de los precios del mercado y correspondan a las marcas con mayor penetración: Renault, Seat, Opel, Citroen, Volkswagen, Ford, Hyundai... Se entiende que en enero se vendiera únicamente un Porche, un Jeep, tres Jaguar, cuatro Lexus u ocho Volvo.

Pero sorprende, al mismo tiempo, que se hayan vendido 108 vehículos Audi (el 6% del total de las ventas en la Comunidad), 77 BMW (4,5%) o 72 Mercedes (4%). 

Es decir, sin contabilizar los vehículos de alta gama de las marcas más vendidas, en Castilla y León se vendieron 286 vehículos de lujo en enero pasado, lo que representa el 16% de las ventas totales. Y algunas provincias superaron claramente esa media. Por ejemplo, en Burgos (22,6%), provincia en la que se vendieron en enero 16 Audi, 13 BMW, un Jaguar, 3 Lexus, 9 Mercedes y un Volvo. O por ejemplo, en Salamanca (20%), donde se vendieron 18 Audi, 11 BMW, 12 Mercedes y dos Volvo, entre otros... En un contexto tan desolador, aún resisten ciertos sectores con alto poder adquisitivo. Enhorabuena.

Manuel Trapote. Periodista.