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Las precipitaciones no han llegado ni al 50% de lo esperado

El año hidrológico concluirá 'muy seco' tras un verano 'cálido' en Castilla y León

El año hidrológico concluirá "muy seco" tras un verano "cálido" en Castilla y León

A partir de la mitad de la semana que viene se esperan precipitaciones, las primeras de un otoño que se espera dentro de lo normal  

Por Redacción/Agencias
viernes 21 de septiembre de 2012, 14:17h
El año hidrológico finalizará "muy seco" en Castilla y León tras un verano "cálido", en el que la temperatura media ha sido de 20,5 grados -uno por encima de la media de los últimos años-, en el que las precipitaciones no han llegado ni al 50 por ciento de lo esperado.

Así se ha puesto de manifiesto durante la rueda de prensa de balance hídrico y climatológico del verano que han ofrecido este viernes el subdelegado del Gobierno, José Antonio Martínez Bermejo; el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología en Castilla y León (Aemet), José Pablo Ortiz de Galisteo, y el jefe del Grupo de Predicción y Vigilancia, Juan Pablo Álvarez.

En este marco, Martínez Bermejo ha mostrado la preocupación que hay sobre si lloverá o no tras un periodo seco, con lluvias insuficientes, por lo que considera que, "respetando la vendimia" y algunas fiestas locales que aún quedan, "lo mejor que podría ocurrir es que lloviera", ya que las precipitaciones afectan "de manera importantísima" a la economía, informa ep.

A continuación, José Pablo Ortiz ha recordado que este sábado a las 16.49 horas entrará oficialmente el otoño tras un verano caluroso, por encima de los valores normales, ya que la temperatura media ha sido de 20,5 grados, uno más que la media de los últimos 30 años, aunque el año ha sido el decimotercero de más calor desde 1971, mientras que 2003 se registró la media más alta, de 22,3 grados.

El delegado de la Agencia ha señalado que desde el año 2000 las temperaturas han sido más altas debido al calentamiento global del planeta. En el caso de España, la temperatura ha sido de 24 grados de media, 1,7 grados por encima de la de los últimos años, de manera que es el cuarto verano más cálido desde los años 60.

A lo largo del trimestre, el mes de junio y agosto han sido cálidos, mientras que el de julio ha sido "menos cálido", y se han registrado tres olas de calor, la primera de ella los días 26 y 27 de junio, cuando se registraron temperaturas récord en algunos puntos.

En concreto, en Ávila se llegó a los 35 grados, valor más alto desde 1953 que se tienen datos, mientras que en Segovia se alcanzaron los 37,3 grados, la máxima desde 1950, y en Valladolid se registró la temperatura más alta desde 1931, con 38,8 grados.

La segunda ola de calor, los días 9 y 10 de agosto, fue el episodio más caluroso del verano, con más de 40 grados en muchos puntos de Castilla y León, sobre todo en el sur del Sistema Central, con temperaturas de hasta 43 grados en el Valle del Tiétar, mientras que en Salamanca se llegó a los 40,9 grados, valor más alto desde que se tienen registros en 1945, y se rozaron o superaron ligeramente los 40 grados en numerosos puntos del sur y este de la Comunidad.

El segundo episodio de ola de calor en el mes de agosto se produjo entre los días 17 y 22 y fue más largo y con valores más altos de media debido a las temperaturas nocturnas.

Trimestre muy seco

La estación de verano ha sido un trimestre muy seco, que en promedio no llega al 50 por ciento de lo esperado, ya que se han recogido 37 litros por metro cuadrado frente a los 80 habituales, lo que hace que sea el cuarto valor más bajo desde 1971. Por meses, junio fue muy seco, seguido de un julio irregular con precipitaciones de carácter convectivo y un agosto seco. En el caso del conjunto del país, ha sido el segundo verano más seco desde los años 60.

En el mes de junio las precipitaciones fueron escasas y no superaron los cinco litros por metro cuadrado en gran parte de las provincias de Ávila y Salamanca. De manera general el mes fue muy seco en casi todos los observatorios principales, excepto Ávila, donde fue "extremadamente seco" y sólo se recogieron en todo el mes 0,7 litros por metro cuadrado, el valor más bajo desde 1941.

En julio las precipitaciones estuvieron irregularmente repartidas, de manera que entre observatorios principales el mes fue seco en Burgos, León, Ponferrada, Salamanca y Segovia, normal en Valladolid y húmedo en Ávila, Soria y Zamora. El delegado de la Aemet ha destacado las tormentas que se produjeron entre los días 25 y 27 de agosto, cuando se registraron 3.000 rayos diarios.

Por lo que se refiere a agosto, el mes fue seco, excepto el día 15 y la madrugada del 16 en que las precipitaciones fueron más generalizadas debido al paso de un sistema frontal. El resto de los episodios las precipitaciones se registraron en forma de chubascos débiles aislados y acompañados en ocasiones de alguna tormenta.

Año hidrológico

Ortiz de Galisteo ha señalado que este trimestre seco se une a los anteriores, en los que también han escaseado las precipitaciones, por lo que el año hidrológico, que se cierra el 30 de septiembre, es "muy seco", con precipitaciones por debajo del 75 por ciento de lo esperado en el oeste de la Comunidad y no llega ni al 50 por ciento en la zona sur.

A fecha 12 de septiembre el valor medio de las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre se sitúa cerca de los 400 litros por metro cuadrado en el conjunto del país, un 35 por ciento menos, pero en el caso de Castilla y León el déficit es de 150 litros por metro cuadrado.

En cuanto a la predicción para el otoño, parece que a partir de la semana que viene se producirán precipitaciones y, "en términos globales", para el conjunto del otoño "no hay señal significativa", por lo que se prevé que las temperaturas y las precipitaciones se sitúen en rangos normales, ha indicado el delegado de la Aemet, quien ha recordado que es el trimestre más lluvioso y se espera que sea así.

Por su parte, Juan Pablo Álvarez, ha adelantado algunos datos de la previsión para la semana que viene, aunque está condicionada al rumbo que siga la tormenta tropical Nadine, que tiene pocas posibilidades de pasar por la Península y parece que se dirigirá al sur.

Así, tras el fin de semana de temperaturas similares a las de estos días, en torno a los 29 grados, el lunes y el martes serán jornadas de transición con ligeras bajadas del mercurio (26 grados de máximas) ante el miércoles, jornada en la que entrará aire fresco, de manera que los termómetros marcarán entre 18 y 20 grados de máximas y 10 de mínimas, y comenzarán las primeras precipitaciones, situación que se prolongará hasta el sábado.
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