Los embalses del Duero, con un cuarto de su capacidad, en uno de los peores niveles de los últimos 25 años

La situación de los embalses de la cuenca del Duero en la Comunidad es ya muy complicada como lo demuestra el hecho de que se encuentren a  un cuarto de su capacidad, lo que se traduce una de las peores cifras de los últimos 25 años. Es por eso por lo que durante los meses toca mirar al cielo a la espera de que lleguen las anheladas lluvias que empiecen a llenar los embalses para que, ya en invierno, las nieves (más importante que las lluvias) aporten buenos recursos hidrológicos.

Resulta especialmente dramático en nivel en el que se encunetra el sistema Pisuerga-Bajo Duero, con el embalse de Aguilar de Campoo al diez por ciento de su capacidad, lo que ha llevado a que la campaña de riego se haya tenido que dar por finalizada. Sin embargo, y aunque la campaña no ha sido buena,  la situación no ha sido tan dramática como se preveía, cuando se llegó a pensar que los riegos no serían posibles más allá del mes de junio. Sin embargo, finalmente, se ha podido llegar hasta septiembre. Tampoco oro de los embalses con más capacidad, el de barrios de Luna, en León, se encuentra en sus mejores momentos, ya que está al 12 por ciento de su capacidad.

Desde la Confederación Hidrográfica del Duero, su director técnico, Pedro Matía, ha reconocido que "ha sido la responsabilidad y  a la colaboración de los agricultores la que ha hecho posible desarrollar una campaña complicada pero no tan mala como se esperaba". "Sin la colaboración de los regantes no hubiera sido posible", ha añadido, a lo que hay que sumar que la modernización de las infraestructuras que también permite una mejor gestión del agua.

En cualquier caso, Matía ha destacado que no se van a producir problemas en el abastecimiento a pesar del bajo nivel de los embalses, especialmente en el sistema Pisuerga-Bajo Duero, del que "beben" capitales como Valladolid, Palencia y Zamora, ya que la cantidad de agua que se precisa para el consumo es muy inferior a la del riego. Sin embargo, lo cierto es que tras dos años consecutivos con escasas precipitaciones de lluvia y nieve, si los próximos meses no comienza a llover la situación puede ser más que complicada el próximo año.