La "Marcha Negra" se enfrenta a su destino

Dos columnas de mineros partieron el viernes 22 de Villablino y Bembibre (León). Unos 60 trabajadores del carbón, entre los que también se encontraban algunos de la cuenca palentina, que se unieron días después a la columna que llegaba de Asturias y que este martes se fundirán en Madrid con la que procede de Teruel. La tercera "Marcha Negra" llega a su fin con un futuro tan negro como el de su inicio y sin un solo atisbo por parte del Gobierno de Rajoy de que pueda, al menos, negociar las reivindicaciones del sector. La razón que ha llevado a los mineros a echarse a la carretera y caminar hacia Madrid durante 20 días estaba más que clara: mantener las ayudas comprometidas en el Plan del Carbón para este año, sin las cuales la viabilidad de las empresas está más que en entredicho. Sin embargo, el sector tiene ya una fecha de caducidad impuesta por la Unión Europea, el 2018, y todo parece indicar que el Ejecutivo central no está dispuesto a seguir destinando fondos a unas empresas que ya están en la UVI. Es decir, que prefiere desenchufarlo y acabar ya, sin medir suficientemente la repercusión social que el fin de la minería tendrá en unas cuencas que no han encontrado, en los muchos años de Plan Miner, alternativas al carbón que las permita mantener su economía. Tampoco los desvelos de la Junta de Castilla y León, con su presidente Juan Vicente Herrera a la cabeza, han servido de mucho, a pesar de sus continuas reivindicaciones, reuniones, cartas e informes sobre la necesidad de seguir apostando por un sector en el que el Gobierno autonómico sí que dice creer.

Madrid recibe a los mineros, un colectivo que, sin duda, va a canalizar el descontento social generalizado al que se enfrenta cada día el Gobierno de Rajoy con unas medidas de ajustes y de recortes que parecen no tener fin. Los mineros llegan a la capital del Reino igual que salieron de sus municipios, sin ninguna certeza y con muchas incertidumbres sobre un futuro que sigue siendo muy negro, salvo que Soria, a última hora, sorprenda y diga justo lo contrario, pero no es de prever.