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Racionalizar las titulaciones agrarias

Racionalizar las titulaciones agrarias

Por Fernando Franco Jubete
jueves 07 de junio de 2012, 18:16h
El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, mantuvo un encuentro con el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, el pasado 5 de junio en el que, entre otros asuntos, le trasladó al ministro que antes de que finalice 2012 está prevista la aprobación de un Decreto de Ordenación Académica, que recoja la racionalización del mapa de titulaciones para su aplicación a partir del curso 2013/2014.

La comisión específica para tal fin, creada por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León con representantes de las cuatro universidades públicas, ya ha decidido que, entre las Ingenierías, los dos grupos de titulaciones que deben racionalizarse son los Grados de Agrarias e Informática, por su repetición en muchos campus y su reducida matrícula en todos ellos. La comisión incorporará al debate los análisis y propuestas de los directores de los centros, con los que se supone que negociará la desaparición por extinción de las titulaciones repetidas. Es de esperar que, dicha comisión, no tome la peor decisión posible que, desde mi punto de vista en Agrarias, es decidir lo que ha expresado públicamente el Consejero de Educación Juan José Mateos: "Acordar entre todas las universidades cómo repartir las titulaciones y que cada una de ellas asuma una titulación con escasa demanda".
   
Es un argumento ofensivo, en el caso de las Ingenierías Agrarias, para dos centros históricos con más de cuarenta años de trayectoria: las Escuelas Agrarias de León y Palencia. Dos Escuelas que, cuando comienzan a alcanzar la madurez, con un elevado porcentaje de profesores doctores y equipos de investigación de prestigio y después de formar a miles de profesionales en las titulaciones hoy en riesgo de desaparición, pueden ver destruido su futuro por las alegrías con las que los políticos crearon las titulaciones, que dichas Escuelas ya impartían, en otras provincias con la única justificación de que las demandaban sus fuerzas vivas para que sus estudiantes no tuvieran que desplazarse.
   
La solución a dicho debate es tan sencilla como analizar la trayectoria de los centros, valorar sus plantillas docentes, sus medios e infraestructuras, sus centros tecnológicos, su producción investigadora, las titulaciones ofertadas, la población estudiantil potencial y su procedencia, la evolución del número de alumnos y las razones de dicha evolución y el número de profesionales que han formado y siguen formando, para deducir que las Escuelas de Ingenierías Agrarias de León y Palencia son las únicas que deben mantener la totalidad de sus titulaciones.
   
Y hay una razón irrebatible. Antes de que existieran titulaciones agrarias (agrícolas y forestales) en Burgos, Ponferrada, Salamanca, Soria, Zamora (y en las universidades privadas de Ávila y Valladolid) las Escuelas de León y Palencia cubrían todas las plazas ofertadas en todas sus titulaciones. Agrarias de Palencia ofertaba cinco grupos de Ingeniería Técnica de cuatro especialidades agrarias (hoy Grados) con 64 plazas por grupo y tres grupos de 2º Ciclo (Agrónomos 70 plazas, Montes 70 plazas y Enología 30 plazas) en los que  mantuvo "numerus clausus" en todos sus grupos hasta el año 2001 en que alcanzó su mayor número de alumnos, 1988.
   
También es cierto que la crisis del sector agrario, que hemos vivido en los últimos diez años y la que seguimos viviendo en la ganadería, no sólo ha provocado un constante abandono del medio rural, particularmente por los jóvenes, sino también un abandono de los estudios agrarios. Pero la agricultura y la agroalimentación son sectores estratégicos que tienen que remontar y que ya lo están haciendo, respondiendo mejor que cualesquiera otros sectores a la crisis económica que padecemos. Por ello los recortes económicos actuales no pueden provocar la destrucción de una organización educativa agraria, eficaz y perfectamente compatible, formada por la Escuela Agraria de León, que oferta los grados de ingeniería agrícola y agroambiental y el master de agrónomos, y la Escuela Agraria de Palencia que oferta todas las "ingenierías verdes", es decir, los grados de ingeniería agrícola, industrias agrarias y alimentarias, enología y forestal y los masteres de agrónomos y montes.
   
Sobran, evidentemente, todas las demás titulaciones agrícolas, agroalimentarias y forestales, que se crearon en los últimos veinte años en distintas provincias, con la oposición de todos los profesionales, porque sabíamos que no eran viables y nunca alcanzarían una calidad contrastable, tanto por su propio aislamiento profesional como por su previsible limitada evolución científica.
   
Pero basta analizar las razones de su creación y las de su fracaso, para entender el propio despropósito de su existencia. En Burgos se creó Industrias Agrarias en una Escuela Politécnica como "primer ciclo" de la Licenciatura en Tecnología de los Alimentos a pesar de que ya existía en Palencia, Logroño y Pamplona. En Ponferrada se crearon Industrias Agrarias y Forestales con abundantes fondos Miner y el apoyo mediático de Luis del Olmo, como la panacea para la potenciación del empleo en sus áreas de actividad, a pesar de que existían ambas titulaciones en Palencia y Lugo y Forestales en Oviedo. En Salamanca se creó la titulación de Ingeniería Agrícola porque sobraba profesorado en Farmacia y Biológicas y a pesar de que ya existía la titulación en León, Palencia, Valladolid, Madrid, Lugo, Soria, Cáceres, etc. En Soria se crearon Ingeniería Agrícola y Forestal porque lo pidieron sus fuerzas vivas apoyadas por sus dos políticos eminentes, cuando ya existían en Palencia, y Agrícolas también en Valladolid, Logroño y Zaragoza. En Zamora se creó Industrias Agrarias en una Escuela Politécnica para potenciar su industria agroalimentaria a pesar de que ya existía en Palencia, Burgos, Ponferrada y Lugo.
   
Por supuesto que es necesario racionalizar el despropósito de las titulaciones que se repiten en los campus universitarios de Castilla y León, pero nunca repartiendo las titulaciones en centros recientes y aislados, sin más población estudiantil potencial que la de su propia provincia. Sólo se puede racionalizar la oferta de titulaciones agrarias en Castilla y León sin destruir lo creado durante más de cuarenta años, garantizando calidad y futuro y el reconocimiento del sector, manteniendo todos sus titulaciones en las Escuelas Agrarias de León y Palencia.

Fernando Franco Jubete. Ingeniero Agrónomo, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia.

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