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El delegado Villarrubia Mediavilla

El delegado Villarrubia Mediavilla

lunes 16 de abril de 2012, 00:11h
La histórica batalla del PSCL-PSOE (ahora, PSCyL) por alcanzar la credibilidad de su propuesta política ante los ciudadanos sigue siendo una cuestión pendiente. O al menos eso es lo que se deduce tras el flamante XII Congreso celebrado este fin de semana. Sí, claro, hay nuevas caras en la dirección. O más bien, las mismas caras con distinto cargo (Julián Simón de la Torre es incombustible, por ejemplo). Y poco más. Porque lo que se transmite es provisionalidad, transición... Las crisis del PSOE en algunas provincias (ojo a León, que es profunda) han gripado el motor diésel que mueve el partido regional. O sea, mejor esperar y ver.

No es fácil lograr la credibilidad de la ciudadanía. Y no saben los dirigentes socialistas qué daño hacen, en contra de ese noble fin, mensajes como el que lanzó urbi et orbi el ex secretario regional de Organización, Pedro Muñoz, días antes del Congreso: 1) La Ejecutiva ha sido y será neutral durante el proceso (antes y durante el Congreso, se entiende), aunque la gestión de Óscar López Águeda ha sido extraordinaria (¿neutral?), porque "se ha dejado la piel en su compromiso con la Comunidad y ha hecho una labor importante de modernización del partido" (¿neutral?). 2) Y como consecuencia: la candidatura de Julio Villarrubia Mediavilla "es una apuesta interesante", "un revulsivo que traslada ilusión al partido" (¿neutral?).

Cuando se afirma y se desdice alguien sobre algo en el mismo acto, lo que se traslada al ciudadano no es precisamente credibilidad. Y si esa es la tónica habitual de los dirigentes socialistas en el debate político autonómico... Difícil, claro.

En todo caso, lo que sí parece haber celebrado este fin de semana el PSCL-PSOE (ahora, PSCyL) es un Congreso a la justa medida del secretario federal de Organización y ya ex secretario general autonómico, Óscar López Águeda.

El madrileño -cunero en Segovia, como Aznar fue cunero en Ávila- ya sabe que un líder político no se gana la confianza de los electores únicamente con estrategia y marketing. De hecho, el sábado rindió cuentas ante los suyos en vaqueros, con corbata y ¡un atril a la altura de su ombligo!... xD, escribiría un joven tuitero como colofón de este párrafo.

López Águeda es consciente de la nueva batería de alternativas que se abren en su futuro político, a corto y medio plazo, en el nuevo PSOE de transición de Pérez Rubalcaba. Y quiere explorarlas. Pero no puede perder algo tan importante en la cúpula nacional de un partido como "el territorio". Por eso, ni se va ni se queda. Ni deja el escaño en el Parlamento regional, ni la portavocía del grupo parlamentario, ni sigue como secretario autonómico de su partido.

Lo que ha hecho, en realidad, ha sido dejar las llaves del PSCL-PSOE (ahora, PSCyL) al delegado Villarrubia, que no reúne el perfil del buen candidato, pero su carácter de sargento chusquero puede ser útil para la reconstrucción del partido, tras el tsunami electoral de hace casi un año.

Entre tanto, López Águeda puede ensayar una táctica similar a la de María Dolores de Cospedal en Madrid y en Castilla-La Mancha. Hacerse visible en la política nacional desde su balcón de la Secretaría de Organización del PSOE. Y así, mientras se afianza entre las federaciones autonómicas de su partido, puede mantener su particular cara a cara con Herrera (y con quien le sustituya), en la seguridad de que su perfil nacional le aportará un rédito extra entre los ciudadanos de Castilla y León, como se lo aportó a la actual presidenta de Castilla-La Mancha en mayo de 2011.

Bien pensado. Es una muy buena oportunidad. Privilegiada en estos tiempos de gran crisis.

Manuel Trapote. Periodista.

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