Los fotógrafos parlamentarios niegan que quieran 'vengarse' de sus señorías
jueves 19 de enero de 2012, 13:25h
La polémica sobre la fotografía de Rubalcaba en la que aparece con su móvil en el que se podía leer nítidamente un e-mail que acaba de recibir sobre las posibilidades de Gallardón de
ocupar la cartera de Defensa -algo que luego no se cumplió ya que fue a
Justicia-, sigue levantando cierta polvareda. Sobre todo después de que
a raíz de aquel episodio la Mesa del Congreso decidiera 'advertir' a
los reporteros gráficos que habitualmente cubren la información
parlamentaria que todo aquel que vulnerara la 'intimidad' de sus
señorías será sancionado con la retira de la acreditación para entrar en
la Cámara. La decisión causó indignación y perplejidad entre estos
profesionales que consideran la medida como una forma de 'censura' a su
trabajo. Ellos se defienden asegurando que en ningún momento buscan
fotos que vulneren la intimidad de los diputados.
El caso es que la aparición en la red de unas cuantas instantáneas de Mariano Rajoy
(de Associated Press), con gestos grotescos tomadas durante el pasado
debate sobre la aprobación del decreto ley con las medidas de ajuste, ha
hecho pensar que los fotógrafos se tomaban 'la revancha'. Pero ellos lo
niegan mientras aseguran que en ningún caso hay un plante 'orquestado'
para sacar fotos a sus señorías en situaciones ridículas, como las que
corren por la red del presidente del Gobierno. Además, aseguran que no
son ellos los que deciden las fotos que acompañan las informaciones en
sus medios, sino los 'jefes' y hasta el propio director si va en
portada. "Nosotros nos limitamos a disparar y luego dejamos el material
en la redacción. Y si entre todas estas fotos hay alguna que saca al
político con unos papeles en los que se puede ver lo escrito, leyendo un
libro, haciendo un crucigrama, o mirando su móvil, pues tampoco es
nada sorprendente".
Asimismo, lamentan que "siempre paguen los
débiles", alertando de que pudiera darse el caso de que el autor de
alguna de estas fotos que se selección en una redacción y no gusten a la
Mesa del Congreso sea un trabajador 'free lance'. "Si pierde su
acreditación, es como perder su trabajo", dicen.
En estas
condiciones, el riesgo de su trabajo es evidente porque, según explican,
la calidad de los teleobjetivos hace que puedan descifrarse las notas
de los papeles que los diputados estén leyendo en un pleno, como le
ocurrió a Berlusconi en el parlamento italiano, que fue pillado
'in fraganti' cuando escribía los nombres de varios de sus
correligionarios que le habían dado la espalda y que él tildó de
"traidores". La foto causó mucho revuelo pero no dio origen a ningún
tipo de represalia contra los informadores gráficos.
Por eso los
fotógrafos del Congreso están más que sorprendidos por la reacción que
ha tenido la Cámara y advierten de que pese a lo acordado ellos van a
seguir cumpliendo con su labor "como sí nada".