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Tomás también se ha ido en noviembre

Por Carmen Domínguez
jueves 24 de noviembre de 2011, 16:27h
En estos tiempos de incertidumbres, fluctuaciones, desconfianzas y pendientes de decisiones que decidirán nuestro futuro y el de nuestros hijos,  muchos buscamos esas pistas que nos ayuden a intuir, incluso leyendo entre líneas,  por dónde irán esos próximos pasos y a quiénes o a qué nos conducirán.

En esa búsqueda de respuestas o de intuiciones, uno se acerca a las opiniones de esos gurús que no faltan por tinta, 'mar' y 'aire'. (En ese mar incluyo las ondas de la radio y la televisión y en el 'aire' supongo yo que se sitúan las nubes de los sistemas informáticos que ahora nos permiten comunicarnos como locos con todos y sobre todo a través de internet).

Pues bien, yo hoy les voy a hablar de un lugar en el que he encontrado en los últimos años algunas de las respuestas más sorprendentes a muchas de las interrogaciones del momento y donde he disfrutado de una curiosa camaradería. Se trata de una tertulia y como buena 'militante' del 'aire' del que les hablaba, tiro de la enciclopedia libre de internet para refrescar su definición: "Una tertulia es una reunión informal y periódica de gente interesada en un tema o en una rama concreta del arte, la ciencia o la filosofía, para debatir e informarse o compartir ideas y opiniones. Por lo general, la reunión tiene lugar en un café o cafetería y suelen participar en ellas personas del ámbito intelectual"

En efecto, esta tertulia se solía reunir en la cafetería que Ovidio regentaba en la Estación de Autobuses de Valladolid. Él nos dejó, ahora hace un año, huérfanos de su generosidad. Y aquí hay que citar, sí o sí, las 'castañejas' que han convertido en un término indisoluble las sabrosas lentejas que con mucho arte nos ha servido a lo largo de tantas y tantas comidas, el amigo Castañeta.

Y hablo de esta tertulia y no de otras tantas que a lo largo de mi vida profesional me han reunido con otros periodistas, compañeros e incluso amigos, porque esta para mí siempre ha tenido un ambiente especial. Ya les contaré por qué.

Como acaba pasando en casi todas las tertulias que con el tiempo va creciendo en su número de integrantes, en ellas se reunían amigos, conocidos y 'saludados', que decía aquel. Desde luego era informal, con el único objetivo de dar un soberano repaso a la actualidad, cortar un par de trajes a medida, evitar que te los hicieran a ti y acabar, los que sabían, jugando al mus. Fueron algunas celebraciones, como ocurría con los cumpleaños de sus tertulianos, los que fueron marcando el ritmo de algunas de sus reuniones. Aniano siempre dice que el suyo fue el primero. Bueno, pues al margen de los años que a lo largo de este tiempo fueron cumpliendo unos y otros, la tertulia fue creciendo y reuniendo en torno al viejo Bus Stop a las personas más dispares que uno puede imaginar. Periodistas, médicos, políticos, ex cargos y tal y siempre gente curiosa o interesante, con algo que decir o algo que callar, lo que siempre ha enriquecido los debates realizados en torno a sus manteles. En estos encuentros he escuchado además algunas de las más divertidas 'pajas mentales' que uno se pueda imaginar y también las rimas mejor traídas, nuestros vates también son gente reconocida, que han hecho asomar las lagrimillas de más de uno, entre bromas y veras.

Les contaba que esta tertulia para mí siempre ha sido especial y es porque en ella las mujeres entraban como en los viejos txocos vascos, es decir, no entraban y sin embargo yo ahí he estado durante muchos años, para poder certificar todo esto que  les cuento y mucho más que me callo para no romper la complicidad y el encanto de haber podido ser uno más entre ellos.

Lo malo es que hoy estas líneas me las inspira el hecho de que ahora somos otra vez, como hace un año, uno menos. Tomás también se ha ido en noviembre. Se ha llevado su simpatía, su saber estar, su saber escuchar y nos ha dejado su silencio, que les aseguro va a ser muy difícil de entender y olvidar. En nuestra última tertulia, salimos a la calle a fumar, él sí, yo no,  y como si nada, me volvió a dar pistas sobre algunas de mis incertidumbres, era así de generoso, hablamos del 20N, cómo no, y quedamos para la siguiente. Creo que ese día, aunque Tinín nos inunde de su  azúcar,  no vamos a poder quitarnos de encima la amargura de esta nueva ausencia.

Carmen Domínguez. Periodista.    
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